Economía

Regresa la temida 'japonización': un zombi anda suelto en la economía europea y España podría haber encontrado la cura

  • El motor de Europa se 'japoniza' a marchas forzadas y pone en riesgo a la eurozona
  • Por el contrario, España y el sur de Europa parecen haber encontrado remedio
  • España crea empleo, su población crece y sus hogares se desapalancan

La temida 'japonización' ya está en Europa y amenaza con propagarse. Esta enfermedad económica, similar a un contagio zombi, ha atacado de lleno al motor de la economía del euro, Alemania, lo que pone en serio peligro los indicadores 'macro' del conjunto de la zona. Sin embargo, no todo está perdido. Hay unos pocos 'héroes' (que hace no tanto tiempo eran unos villanos conocidos como PIGS) que parecen haber encontrado el antídoto para escapar de este mal que aletarga economías y reduce el crecimiento potencial. Por ahora, España, Portugal, Grecia e Irlanda están evitando que la zona euro caiga en recesión, pero esta suerte de 'milagro' no puede ser eterno, por lo que sería casi más eficiente que estas economías del sur (e Irlanda) muestren a Alemania el camino para volver a la senda del crecimiento económico.

La amenaza de la 'japonización' de las economías avanzadas, caracterizada por un prolongado período de bajo crecimiento y baja inflación o directamente deflación -economías, en cierto sentido, zombis-, sigue presente en algunas regiones del mundo. En la actualidad económica, se suele emplear este término para referirse a una economía en prolongado estancamiento. La japonesa, en concreto, lleva décadas -desde 1990- creciendo más lentamente que la de EEUU y China tras el estallido de una burbuja bursátil e inmobiliaria. Japón creció rápidamente en las décadas de 1970 y 1980 gracias al elevado crecimiento de las exportaciones y la inversión en infraestructuras, pero a principios de la década de 1990 el país estaba invirtiendo cada vez más en proyectos que suponían un despilfarro y el 'castillo de naipes', por decirlo de alguna manera, se vino abajo. El saldo final ha sido un crecimiento nulo, una inflación inexistente, un notorio envejecimiento demográfico y una dolorosa para los nipones metáfora económica.

Un reciente informe de Oxford Economics muestra que el riesgo en Europa ha disminuido, pero alerta de que hay una excepción notable: Alemania. Mientras países del sur de Europa como España, Grecia y Portugal han logrado reducir significativamente su vulnerabilidad a este fenómeno, la tradicional locomotora económica europea se dirige a toda velocidad hacia ella.

Según el análisis, la clave de esta evolución radica en las políticas aplicadas durante la pandemia, la mejora en los balances financieros del sector privado (el impresionante desapalancamiento de las familias y empresas españolas es un buen ejemplo) y la recuperación de la demografía en algunas regiones. "Los riesgos de 'japonización' han caído en la periferia de la eurozona", señala el informe de Oxford, destacando el contraste con Alemania, donde "los riesgos han aumentado desde 2019".

Uno de los principales factores que ha protegido a España, Grecia y Portugal de la 'japonización' ha sido la política fiscal y monetaria expansiva aplicada entre 2020 y 2021. "El estímulo masivo durante la pandemia rompió el ciclo deflacionario en Europa", explica Oxford Economics. Aunque los efectos de estas políticas podrían diluirse en el tiempo, han permitido consolidar una recuperación más robusta que la que vivieron estos países tras la crisis financiera de 2008.

Otro elemento clave ha sido la propia evolución de la inflación. Antes de la pandemia, Europa mostraba un sesgo deflacionario que aumentaba el riesgo de 'japonización'. Sin embargo, tras el shock pandémico, los precios han mantenido un nivel relativamente alto. "El balance de riesgos ha cambiado: ahora las perspectivas inflacionarias en la eurozona están más equilibradas, alejándose del peligro de deflación crónica", apunta el informe.

Además, los precios de los activos han jugado un papel importante. "El auge de los precios de la vivienda y los mercados bursátiles ha eliminado las presiones deflacionarias que existían en algunos países", explican los expertos. En este sentido, España y Portugal han visto cómo sus mercados inmobiliarios han experimentado una recuperación sólida, a diferencia de Alemania, donde el sector residencial ha mostrado signos de deterioro. Los precios de la vivienda en Alemania se sitúan entre un 7% y un 10% por debajo de sus niveles medios de 2022, habiendo descendido bruscamente desde niveles muy espumosos. Esto representa un riesgo deflacionista persistente para los próximos años, certifican los estrategas de la casa de análisis británica.

Uno de los factores que 'japonizan' la economía suele ser un elevado endeudamiento de la economía en general. En este sentido, se analiza la economía en todos sus sectores: público y privado (familias y empresas). Cuando los agentes acumulan grandes cantidades de deuda suelen usar buena parte de su renta para pagar estos pasivos y se muestran temerosos a la hora de consumir e invertir. Lo contrario sucede cuando los niveles de endeudamiento son relativamente bajos. El caso de España ha sido particularmente espectacular con una reducción histórica de la deuda privada.

Los balances del sector privado siguieron mejorando en 2023 gracias al elevado crecimiento de la producción nominal y a la contención del nuevo endeudamiento en un contexto de tipos de interés más altos. La deuda privada disminuyó al 138% del PIB en 2021 y al 112% en 2023, más de 65 puntos porcentuales por debajo de su nivel de hace una década. La ratio de deuda de los hogares en relación con el PIB ha disminuido de forma constante, alcanzando el 52% en 2022 y el 47% en 2023, frente al 65% en el período 2013-2020. Al mismo tiempo, los flujos de crédito se tornaron negativos en 2023, desencadenados por un notable aumento de los tipos de interés, lo que ha contribuido al proceso de desapalancamiento.

El saneamiento de los balances financieros ha sido otro factor diferenciador. En 2019, la periferia europea aún arrastraba las secuelas de la crisis de deuda soberana, con altos niveles de morosidad bancaria y deuda privada. "Desde entonces, la combinación de reformas estructurales, inflación y crecimiento ha permitido una fuerte reducción de los préstamos morosos y del endeudamiento privado, especialmente en España y Portugal", destacan desde Oxford Economics.

Sin embargo, el informe advierte que algunos de estos avances podrían ser temporales si las políticas económicas se vuelven demasiado restrictivas. "El riesgo de un repunte de la 'japonización' en Europa sigue presente si el endurecimiento de la política fiscal y monetaria frena demasiado el crecimiento", alertan los economistas.

Los peligros de una Alemania 'zombi'

En contraste con el sur de Europa, Alemania ha visto aumentar el riesgo de 'mordisco zombi' en estos últimos años. Según el informe, esto se debe a un conjunto de factores, entre los que destacan el debilitamiento de la demanda interna, la caída del sector inmobiliario y un contexto demográfico adverso. "Alemania enfrenta una combinación de bajo crecimiento potencial y un envejecimiento acelerado de su población, lo que representa un riesgo estructural significativo", subrayan los analistas.

A pocos días de unas decisivas elecciones federales, Alemania copa los titulares negativos de los medios financieros mundiales. Su modelo de éxito durante años basado en las exportaciones de alto valor añadido y unos relativamente asequibles costes energéticos gracias al gas ruso ha saltado por los aires en un 'nuevo mundo' mucho más peligroso tras el covid en el que China ha pasado de cliente de lujo a competidor feroz, la energía es mucho más cara y el 'amigo americano' puede empezar a ser lo contrario. La históricamente puntera industria teutona, con sus despidos, cierres de plantas y acusaciones de pérdida de competitividad son solo el reflejo del mal que corroe a la economía alemana y que por capilaridad llega al propio cuerpo social.

La evolución demográfica es uno de los elementos centrales en el análisis de Oxford Economics sobre el caso germano. "Mientras que en Europa y EEUU el crecimiento de la población activa ha repuntado gracias a la inmigración, en Alemania la tendencia es negativa", advierte el informe. Según el Banco Mundial, la población en edad de trabajar disminuirá en Alemania en casi un 6% entre 2024 y 2030. Un informe lanzado por Allianz hace unos meses recogía que, en un escenario en el que los efectos del cambio demográfico en el mercado laboral se amortiguaran únicamente con la inmigración, en Alemania serían necesarios una media de 482.000 extranjeros al año a partir de 2024 para mantener el número total de horas trabajadas en el nivel de 2023 hasta 2050. Esta dinámica, junto con una caída de la productividad, limita la capacidad de la economía germana para evitar la 'japonización' en el futuro.

Desde la firma también señalan con énfasis al ahorro: "El gran superávit de ahorro de la eurozona se concentra en Alemania, lo que concuerda con nuestra conclusión de que allí la 'japonización' es relativamente alta".

El documento de Oxford Economics concluye que, aunque la periferia europea ha logrado reducir su vulnerabilidad, la amenaza de 'japonización' no ha desaparecido por completo. "El riesgo se ha reducido, pero en muchos casos más por suerte que por diseño", advierten los expertos. Si bien los países del sur han demostrado cómo alejarse del estancamiento, un endurecimiento prematuro de las políticas podría revertir los avances logrados en los últimos años.

En este contexto, la evolución de Alemania será clave para el futuro de la eurozona. "El hecho de que la locomotora europea esté mostrando síntomas de 'japonización' es una señal de alerta", concluye Oxford Economics. Mientras España, Grecia y Portugal han encontrado fórmulas para revitalizar su crecimiento, Alemania enfrenta el desafío de evitar caer en una trampa de bajo crecimiento y deflación que podría afectar al conjunto de la región.

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