
La tensión en el mercado inmobiliario está cambiando la fotografía de los hogares en España. La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2024 que publica este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja un mínimo histórico en el número de hogares que residían en una vivienda en propiedad y destapa mayores problemas para afrontar los pagos de las hipotecas y los alquileres.
En concreto, el 73,6% de los hogares españoles residía en una vivienda en propiedad en 2024, el porcentaje más bajo desde que en 2004 se iniciara esta estadística. El difícil acceso a una vivienda en propiedad o la imposibilidad de asumir la cuota hipotecaria se traduce, por tanto en el máximo histórico de familias que vivía de alquiler: un 20,4%, de los que sólo un 17% tenían un contrato de arrendamiento a precio de mercado y un 3,4% por debajo.
La ECV no recoge los ingresos medios por persona de 2024 sino de 2023. El dato más actualizado del INE indica que los ingresos medios repuntaron un 5,1% interanual en 2023 hasta los 14.807 euros, el nivel más alto desde el inicio de la serie del INE. También aumentó la renta neta media por hogar, un 6,3% más que en 2022 hasta los 36.996 euros, también récord desde 2004. Además, ese año fue el de la moderación de los precios vivida el año pasado. La encuesta realizada entre febrero y mayo incluye el periodo de descenso de la inflación que el año anterior se había disparado a doble dígito ante el estallido de la guerra en Ucrania. En esos meses, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó entre el 2,8% y el 3,6%, aunque los tipos de interés seguían elevados ya que el BCE no aplicaría el primer recorte en ocho años hasta junio. Sin embargo, la encuesta indica que el 14,2% de los hogares (+0,6% interanual) se retrasó en los pagos de recibos relacionados con la vivienda principal (hipoteca, alquiler, comunidad, etc.) o en compras a plazos.
El peso de la vivienda en los bolsillos es cada vez mayor ante un mercado al alza por la falta de stock para cubrir la demanda existente. Esto ha llevado a la vivienda a ser -ya por tercer mes consecutivo- el primer problema para los españoles, por delante del paro y la crisis económica, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En febrero la preocupación por la compra o el alquiler subió seis puntos más que el mes anterior, hasta el 34,1%, y se acerca al récord histórico que marcó en 2007, año del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Malabares para pagar llegar a fin de mes
La encuesta mide la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social según el sistema europeo AROPE (At Risk Of Poverty or social Exclusion), que analiza tres indicadores: la tasa de riesgo de pobreza relativa (cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población), la baja intensidad en el empleo (hogares en los que sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% del total de su potencial de trabajo en el año) y la carencia material y social severa (aquellos hogares que cumplen con al menos cuatro de las nueve limitaciones analizadas, como la posibilidad de poner la calefacción o comer determinados alimentos). Los tres mejoraron en 2024, sobre todo esta última, mientras que los otros dos componentes anotaron sus mejores datos en 10 años y la tasa AROPE se situó en el 25,8% de la población residente en España en 2024, frente al 26,5% del año anterior.
A este dato contribuye que un 9,1% de la población llegara a fin de mes con "mucha dificultad", tras un ligero descenso de dos décimas respecto al año pasado. O que un 35,8% de los hogares españoles no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos durante el año 2024, dato que pese a reflejar una mejoría con respecto a 2023 (37,1%) sigue indicando que más de un 35% de la población no dispone de recursos propios para afrontar sin tener que recurrir a préstamos o compras a plazos gastos que antes se liquidaban al contado.
Mantener la vivienda a una temperatura adecuada fue imposible para el 17,6% de las familias (casi una de cada cinco), sin embargo, el porcentaje ha dejado atrás el 20,7% de 2023, el dato más alto de pobreza energética hasta la fecha. Comer pollo, carne o pescado al menos cada dos días es inviable para el 6,1% (-0,3%) de los hogares, que declaró no poder permitírselo.
Irse de vacaciones se complicó aún más. Un 33,4% de las familias no pudo irse al menos una semana de vacaciones. Aunque el avance es leve (0,3 puntos porcentuales más que en 2023) significa que un tercio de las familias tampoco se pudieron permitir escaparse ni siete días el año pasado. Y las familias que no pueden tener un coche también registraron un leve avance de una décima, hasta el 5,3%.