El precio del petróleo Brent cerró el 2024 en los 74 dólares por barril. Estos niveles relativamente bajos y una oferta muy fuerte hacían presagiar que la primera parte de 2025 podría ser el comienzo de un nuevo año bajista para el crudo (sería el tercero consecutivo). Sin embargo, desde el primer día de cotización, el petróleo comenzó a subir de precio sin aparente explicación. Poco a poco, algunos analistas empezaron a revelar que la demanda estaba subiendo con más intensidad de lo previsto por la llegada de olas de frío en el hemisferio norte (el gran consumidor de crudo). A partir del día 10 de enero, la subida ganó tracción ante las nuevas sanciones al petróleo ruso, que ahora atacan directamente a la 'flota en la sombra' y a grandes productores de Rusia. Pues bien, la Agencia Internacional de la Energía ha confirmado todo lo anterior con datos concretos: la demanda está repuntando con fuerza y el frío amenaza la producción de crudo en América del Norte (EEUU y Canadá). Lo que junto a las nuevas sanciones a Rusia está disparando el precio del crudo, que ya supera los 80 dólares por barril. No se le puede llamar aún 'tormenta perfecta', pero sí que esto podría ser un susto importante para los consumidores de crudo. Sobre todo porque los niveles de reservas (inventarios) están en niveles muy bajos.