Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

"Déjenme el petróleo a mí, tenemos más petróleo y gas que cualquier otro país en el mundo, incluidos Arabia Saudí y Rusia, y vamos a aprovecharlo", ha asegurado Donald Trump tras su victoria. Aunque esta declaración no es cierta, puesto que las reservas probadas de crudo de Arabia Saudí y Rusia son mucho más grandes que las de EEUU, sí es una clara declaración de intenciones. Trump va a usar todo su poder político para que EEUU (sí es el mayor productor de crudo del mundo aunque no tenga las mayores reservas) incremente el bombeo de crudo y gas, lo que, ceteris paribus, aumentará la oferta global y podría reducir los precios del petróleo. La otra pata de la promesa de Trump es rebajar el precio de la energía a la mitad en solo 12 meses.

Occidente se ha metido en tres cruzadas 'simultáneas' de las que es difícil salir bien parado, al menos en términos de costes. Combatir a China, al cambio climático y a Rusia al mismo tiempo, la agenda marco de Estados Unidos y de su socio, la Unión Europea, acarreará unos costes ingentes en materias primas y capex (inversión empresarial). La amenaza de una década de mayor inflación se agranda mientras que los que huelen el peligro alertan: la inflación ha podido ser transitoria (tras el covid), pero la geopolítica no.

Oculto entre las montañas y casi imperceptible desde cualquier punto, se halla un pueblo de la España vaciada donde no te imaginas. Un municipio que está desapareciendo poco a poco pese a encontrarse en un entorno privilegiado, rodeado de fuentes de agua naturales que no se secan nunca, bellos bosques de robles, castaños y pinos, y grandes cantidades de setas (en otoño, claro). Pero, sobre todo, sorprende su despoblación porque Madrid capital se encuentra a menos de una hora. Aunque parece sorprendente, la ciudad y región más densamente pobladas del país tienen una pequeña España vaciada en su interior. Dentro de la misma destaca un pueblo que en sus mejores tiempos llegó a tener más de 300 habitantes, pero que hoy es el municipio con mayor riesgo de desaparición en la Comunidad de Madrid: La Acebeda.

A los pies del majestuoso pico Frentes, el pequeño pueblo de Fuentetoba en la provincia de Soria, fue escenario de una historia singular: el descubrimiento de arenas petrolíferas, un recurso que muchos pensaron que podría transformar la economía de la región. Con menos de 400 habitantes, Fuentetoba vive de la agricultura y el turismo rural, donde su entorno natural y el emblemático salto de agua de la Toba atraen a ciudadanos de toda España cada año. Sin embargo, hace casi dos siglos, el hallazgo de arenas bituminosas o petrolíferas en sus tierras despertó la esperanza de convertir a este rincón soriano en una rica fuente de energía al igual que hoy lo es la región canadiense de Alberta, de cuyas arenas bituminosas 'brotan' cientos de miles de barriles de crudo cada día. Sin embargo, la historia de Fuentetoba ha tenido un final muy diferente, pero que merece la pena ser contado.

La creación del Canal de Panamá no solo transformó el comercio internacional, sino también revolucionó el mapa geopolítico y geográfico de América Latina. Todo el mundo sabe que el Canal de Panamá es una obra de ingeniería colosal, una de las más importantes de la historia, pero pocos conocen que la creación de esta maravilla impulsó el nacimiento de un nuevo país independiente: Panamá.

Un 'octubre rojo' (al menos sobre el papel) ha puesto al Banco Central Europeo (BCE) en modo pánico. La política monetaria del eurobanco ha dado un giro sorprendente en las últimas semanas. Como si hubiera visto de repente algo muy peligroso en la carretera y con cierta impresión de estar tratando de enmendar un error (como el de 2011 cuando subió los tipos con una economía moribunda), el BCE ha abierto nuevamente el camino hacia una era de recortes de tipos que podría llevar el precio del dinero, como desde el propio órgano se ha filtrado a la prensa, incluso por debajo del nivel neutral (el coherente con pleno empleo y una inflación en el objetivo). Detrás de este llamativo flashback, puede haber algo de psicoanálisis: parece que en el BCE nadie quiere pasar a la historia por haber hecho demasiado poco por mantener viva la economía y la divisa única. Nadie quiere convertirse en el nuevo Trichet. Esto puede resultar chocante, ya que si se miran de forma aislada los datos 'reales' publicados recientemente se puede ver un escenario casi idílico, un marco 'macro' que Christine Lagarde, presidenta del BCE, no habría imaginado ni en sus mejores sueños hace un año: una inflación rondando el 2%, el PIB del bloque creciendo un 0,4% trimestral, un mercado laboral que resiste y unos salarios desacelerando. Pese a ello, el BCE ha entrado en modo pánico.

La economía de España sigue siendo la sorpresa positiva dentro de la zona euro (el outperformer que dicen los anglosajones). El PIB del tercer trimestre ha vuelto a sorprender a los analistas y al consenso del mercado con un crecimiento del 0,8%, superando en dos décimas lo previsto. Además, el PIB anual ha crecido un 3,4%, dos décimas más que el trimestre anterior y cuatro décimas más de lo previsto por los expertos. De este modo, la economía de España está creciendo cuatro veces más rápido que la de la zona euro.

El mercado de petróleo lleva buena parte del año cotizando la debilidad de la demanda china. El 'gigante asiático' es el mayor importador de petróleo del mundo, por lo que su 'apetito' por el crudo es un factor clave para determinar el precio del petróleo. La economía de China se está desacelerando y, al mismo tiempo, se está electrificando. Los expertos creen que Pekín podría haber ya incluso dejado atrás su 'peak oil demand', es decir, que la demanda de crudo de China no volverá a aumentar (habrá subidas y bajadas coyunturales) porque el coche eléctrico y la generación de energía con renovables y nuclear están ganando peso. Pese a todo, China sigue considerando el petróleo como un recurso estratégico y muy necesario para mantener engrasada y funcionando la economía. Una interrupción del suministro de crudo en Oriente Medio o EEUU (mayor productor mundial) puede hacer mella en los motores de crecimiento de China. Por ello, Pekín podría llevar varios meses almacenando petróleo 'a la chita callando', según los economistas de JP Morgan.

Encontrar un remedio para la alopecia indoloro, barato y sin efectos secundarios es, probablemente, el sueño de millones de hombres. Aunque esto aún parece estar lejos todavía, lo cierto es que existe una planta que ha demostrado ser efectiva en la lucha contra la alopecia y, además, tiene otros efectos indirectos que mejoran el funcionamiento de la vejiga y la próstata, según varios estudios. Pero lo que parece más atractivo es que este producto no tiene efectos secundarios, al menos no se han observado en los estudios realizados, y tiene un precio relativamente asequible.

En la Europa de la deuda pública y los déficits fiscales hay un pequeño país, situado muy al norte, que parece vivir una realidad totalmente opuesta. Una economía de las más avanzadas del mundo que está aprovechando sus vastos superávits fiscales para reducir tanto su deuda pública que incluso la banca ha llegado a temer un escenario de 'escasez' de bonos soberanos, tan necesarios para sus operaciones diarias y mantener la liquidez en el mercado. Este país podría acumular hasta trece superávits fiscales consecutivos y llevar su deuda pública hasta la cota del 20% del PIB, según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional. No obstante, fuentes del sector financiero han confirmado a elEconomista.es que la deuda pública de este país es todavía más baja de lo que parece, porque el Gobierno atesora una montaña de liquidez en una cuenta en el banco central. De modo que la deuda pública real es todavía más pequeña. Esta historia de éxito fiscal está protagonizada por Dinamarca, ese país que todos los políticos ponen como ejemplo a seguir, pero a la hora de la verdad muy pocos consiguen imitar.