"Déjenme el petróleo a mí, tenemos más petróleo y gas que cualquier otro país en el mundo, incluidos Arabia Saudí y Rusia, y vamos a aprovecharlo", ha asegurado Donald Trump tras su victoria. Aunque esta declaración no es cierta, puesto que las reservas probadas de crudo de Arabia Saudí y Rusia son mucho más grandes que las de EEUU, sí es una clara declaración de intenciones. Trump va a usar todo su poder político para que EEUU (sí es el mayor productor de crudo del mundo aunque no tenga las mayores reservas) incremente el bombeo de crudo y gas, lo que, ceteris paribus, aumentará la oferta global y podría reducir los precios del petróleo. La otra pata de la promesa de Trump es rebajar el precio de la energía a la mitad en solo 12 meses.