La amenaza de espiral deflacionaria (círculo vicioso en el que bajan los precios, bajan la producción y el empleo, baja la demanda y vuelven a bajar más los precios) sigue cerniéndose sobre China ante unos débiles datos de inflación que volvieron a sorprender a la baja en marzo. La economía del gigante asiático no acaba de encontrar su tradicional buen ritmo tras su dificultosa salida de la pandemia y esa debilidad se traslada al consumo y a los precios. Al mismo tiempo, el estímulo volcado hacia el sector industrial exacerba una guerra de precios que influye en esta coyuntura. Aunque según el horóscopo chino acabamos de entrar en el Año del Dragón, es el cerdo es el destinado a sacar al país de la deflación.