Hace semanas, en pleno verano, cabía que pensar que la bajada de precios en las gasolineras se acabarían en agosto, coincidiendo con la temporada alta turística, pero no fue así; más tarde, se especuló que el fin del descenso coincidiría con la llegada de septiembre, el comienzo de la rutina y la vuelta al cole, pero tampoco sucedió. Y así hemos llegado hasta octubre, todavía cuesta abajo y con precios que no se veían desde hace años.