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África destina hasta el 5% de su PIB a adaptarse a los fenómenos meteorológicos extremos

Imagen aérea de las inundaciones en Libia provocadas por la tormenta Daniel, en septiembre de 2023. / Hamza Turkia (Xinhua News / Contactophoto)

En 2023, África registró de media una de sus tres temperaturas más altas jamás registradas en 124 años. En Mali, Tanzania o Uganda nunca había hecho tanto calor, y en Marruecos se batió el récord de temperatura al alcanzar los 50,4 ºC. En Argelia, Túnez, Nigeria, Camerún y otros 7 países se decretó la sequía severa. Incluso Zambia se enfrentó a su peor sequía en 40 años.

En el mismo curso (2023), las inundaciones provocadas por la tormenta Daniel provocaron en Libia la muerte de 4.700 personas, así como la desaparición de otras 8.000. En Kenia, Somalia y Etiopía, 2,4 millones de personas se vieron forzadas a huir durante la estación de las lluvias comprendida entre abril y junio, y los deslizamientos de tierra entre Ruanda y la República Democrática del Congo causaron la muerte de 574 personas.

Hacer frente a este tipo de fenómenos extremos, provocados en mayor o menor medida por el cambio climático, le cuesta a los países de África entre el 2 y el 5% de su Producto Interior Bruto (PIB), según el informe State of the Climate in Africa 2023 (Estado del Clima en África en 2023), publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a comienzos de septiembre.

África, la mayor damnificada

"En los últimos 60 años, África ha sido testigo de una tendencia al calentamiento cuyo ritmo ha superado la media mundial. En 2023, el continente sufrió mortíferas olas de calor, lluvias torrenciales, crecidas, ciclones tropicales y sequías prolongadas", declaró la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo.

Según calculan sus autores, el coste de la adaptación a este tipo de fenómenos en el África subsahariana oscilará entre 30.000 y 50.000 millones de dólares americanos cada año durante el próximo decenio. Del mismo modo, el informe estima que, si no se ponen en marcha medidas de respuesta adecuadas, de aquí a 2030 hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (que viven con menos de 1,90 dólares al día) estarán expuestas a sequías, crecidas y episodios de calor extremo en África. Fenómenos meteorológicos que, en última instancia, menoscaban ámbitos como los de la agricultura y la seguridad alimentaria, la educación, la energía, las infraestructuras, la paz y la seguridad, la salud pública, los recursos hídricos y el desarrollo socioeconómico, explicó Josefa Leonel Correia Sacko, embajadora de la Comisión de la Unión Africana (CUA).

2023 no es un año aislado

El informe pone en relieve cómo el cambio climático impacta de distintas formas en el continente. "Mientras que muchos países del Cuerno de África y del sur y noroeste del continente siguieron sufriendo una sequía excepcional que persiste desde hace varios años, otros países experimentaron en 2023 episodios de precipitaciones extremas que provocaron inundaciones y causaron un número considerable de víctimas mortales", afirmó Saulo.

"Este panorama de condiciones meteorológicas extremas ha continuado en 2024 —continua explicando la experta—. Algunas zonas del sur de África se han visto asoladas por una perniciosa sequía, al tiempo que las excepcionales precipitaciones estacionales han causado muerte y devastación en países de África oriental, más recientemente en el Sudán y Sudán del Sur. Ello no ha hecho más que agravar una crisis humanitaria ya de por sí desesperada", añadió.

Entre las muchas acciones que harían falta para mejorar la adaptación y la mitigación, la OMM considera que África se debe invertir en infraestructuras hidrometeorológicas y sistemas de alerta temprana, "esenciales" para preparase ante la llegada de fenómenos peligrosos.

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