Opinión
La compleja configuración de un Estado de Derecho como el nuestro se apoya en pilares que, a menudo, no resultan perceptibles para la mayoría. Valores como la seguridad jurídica, por ejemplo, dotan de rumbo a un sistema social de convivencia en el que la armonía legal y la transparencia emergen como imprescindibles. Sin ellos, el motor de la economía o el de la dinámica empresarial se griparían de forma irremediable. Por eso es importante que no falten buenos profesionales encargados de cuidar el funcionamiento de la maquinaria.