Opinión

Una oposición que forja vocación de servicio

  • Revista de Buen Gobierno, Iuris & Lex y RSC
  • A la vez, su ilusión y compromiso nos contagian a todos...
  • ... y nos hace sentirnos orgullosos de la función que ejercemos
Foto: Nacho Martín.

La compleja configuración de un Estado de Derecho como el nuestro se apoya en pilares que, a menudo, no resultan perceptibles para la mayoría. Valores como la seguridad jurídica, por ejemplo, dotan de rumbo a un sistema social de convivencia en el que la armonía legal y la transparencia emergen como imprescindibles. Sin ellos, el motor de la economía o el de la dinámica empresarial se griparían de forma irremediable. Por eso es importante que no falten buenos profesionales encargados de cuidar el funcionamiento de la maquinaria.

Esta misma semana, 46 nuevos de esos profesionales, con una edad media que roza la treintena, se incorporarán a ese engranaje esencial entrando a formar parte, a todos los efectos, del cuerpo de registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles de España.

Se sumarán a una red que conforman cerca de mil servidores públicos, encargados de velar por los derechos y libertades de los ciudadanos a través de la salvaguarda de la legalidad en el tráfico jurídico inmobiliario y mercantil.

Mochilas cargadas de ilusión en un grupo de jóvenes que, para llegar a la meta, ha tenido que hacer frente a una exigente oposición.Cada convocatoria atrae a profesionales dispuestos a invertir de media 6,2 años en preparar la prueba, compuesta por cuatro ejercicios eliminatorios: dos pruebas orales y dos exámenes escritos.

La oposición abarca desde temas de Derecho Civil, Hipotecario, Mercantil, Administrativo, Fiscal y Notarial, hasta ejercicios de práctica registral y tributaria.

Mirando de cerca la composición de los nuevos registradores, se puede apreciar un elenco que, una vez más, vuelve a exhibir mayoría femenina -un 58%-, reforzando el protagonismo de la mujer en puestos de alta responsabilidad jurídica. Además, 15 de los nuevos miembros -un tercio exacto- proceden de Andalucía, lo que pone en valor el potencial que emana de nuestras diferentes comunidades.

Con la dificultad como telón de fondo, la oposición actúa más como crisol del talento joven que como barrera, pues permite desarrollar habilidades para afrontar los complejos retos que se presentarán en el marco de su futuro ejercicio de funciones como servidores públicos. El listón está alto porque la misión registral española propone la excelencia como paradigma.

Nuestros nuevos registradores se suman a un cuerpo reconocido a nivel internacional por su solidez, su buen funcionamiento y su apuesta continua por la innovación.

Especialmente por sus avances recientes en materia de digitalización, administración electrónica y eficacia en torno un sistema que no presenta duplicidades.

Pero nuestros nuevos 46 compañeras y compañeros no sólo son un conjunto de datos estadísticos. Quiénes ya hemos convivido con ellos en el curso de formación de los nuevos registradores hemos podido comprobar la calidad humana de cada uno de ellos.

El compañerismo, la alegría, la capacidad de trabajo y la ilusión que han demostrado en las semanas que ha durado el curso, así como la responsabilidad y seriedad con la que se enfrentan a los retos que supone el ejercicio profesional. La calidad humana, el ejercicio de las virtudes, es esencial en el desarrollo de nuestra función.

Aunque a simple vista esta labor pueda apreciarse como meramente técnica, en realidad no persigue otro objetivo que situar a las personas en el centro de la ecuación social.

Ellos son conscientes de que la función a la que están llamados a partir de ahora es el servicio a los ciudadanos, velando en sus respectivos registros porque la seguridad jurídica y del tráfico se haga posible mediante la defensa de los derechos de esas personas a los que están llamados a servir.

La incorporación de la nueva promoción de registradores representa un acontecimiento que conviene poner en valor.

Es cierto que las responsabilidades que asumirán serán de altura, pero guardan relación con el talento y esfuerzo que han demostrado y que, desde ya, ponen al servicio de los ciudadanos. A la vez, su ilusión y compromiso nos contagian a todos y nos hace sentirnos orgullosos de la función que ejercemos.

Por último, sirvan estas líneas también de enhorabuena y reconocimiento no sólo a los nuevos registradores, sino también a sus familias y seres queridos, que han abonado este fruto visible del aprobado con el sacrificio abnegado y oculto de los años de la oposición.

Su éxito, sin ninguna duda, será el de todos.

(*) Director de Relaciones Institucionales del Colegio de Registradores de España.

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