La elegancia y la fortaleza rara vez se entrelazan con tanta gracia como lo hicieron en la reciente visita de Kate Middleton al Hospital Royal Marsden en South Kensington. En su primer acto público de este año desde que revelara su batalla contra el cáncer, la Princesa de Gales personificó la resiliencia vestida de calidez y sofisticación. Su aparición, envuelta en un abrigo marrón, con un bolso de mano de Asprey y un conjunto de cuello alto burdeos, marcó un momento profundamente personal: este hospital no solo fue el escenario de su visita oficial, sino también el lugar donde recibió tratamiento preventivo de quimioterapia.