Analista de fondos de inversión de Tressis

Con la llegada del periodo estival, muchos inversores dejan de lado su actividad en los mercados financieros para disfrutar del buen tiempo, lo que provoca una notable reducción en los volúmenes de negociación. En este contexto, no es extraño afirmar que "las bolsas se quedan desiertas".

El año 2022 supuso un punto de inflexión en el entorno económico global. La inflación, que durante meses fue calificada como transitoria, se convirtió en estructural. En este contexto, los bancos centrales pasaron de una política monetaria expansiva a una restrictiva subiendo los tipos de interés de manera agresiva en tiempo y forma. Por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE) llevó a cabo el ciclo de subidas más pronunciado desde la década de 1980, incrementando la tasa de depósito desde el -0,50?% hasta el 4?% en tan solo 14 meses.

Durante décadas, la diversificación ha sido la piedra angular de la gestión de carteras de fondos de inversión. Encontrar activos descorrelacionados que protejan frente a caídas y mejoren la eficiencia del riesgo, siendo además activos aptos y traspasables, ha sido casi un arte. Pero, ¿qué ocurre cuando esos activos se desvanecen del mapa?

Últimos artículos de Opinión