Jefe de Estrategia de Singular Bank

El cartel petrolero ha vuelto a sorprender al acelerar el ritmo al que irá aumentando su producción. Aduce argumentos sobre oferta, demanda e inventarios que resultan discutibles cuando se cierne sobre la economía mundial la amenaza de una desaceleración por la guerra comercial, lo que hace sospechar que está motivado por factores geopolíticos. En cualquier caso, se acentuará el exceso de oferta en el mercado energético y los precios seguirán deprimidos. Buenas noticias para nuestros bolsillos y para el conjunto de la economía, pero un entorno complicado para las petroleras cotizadas, que ven limitado su margen para seguir retribuyendo tan generosamente a sus accionistas.

Europa está probablemente viviendo cambios históricos. Uno es el obligado giro hacia la "autonomía estratégica", cuya manifestación más visible será un fuerte aumento del gasto en defensa, en parte financiado con instrumentos comunitarios. El segundo, estrechamente relacionado, es el abandono por Alemania de la autoimpuesta austeridad fiscal, que puede cambiar sus dinámicas de crecimiento a medio plazo, pero que ya ha causado un tremendo "efecto dominó" que quizás los mercados hayan exagerado.

Alemania celebra elecciones parlamentarias este domingo 23 de febrero. No se esperan grandes sorpresas en cuanto a los porcentajes de voto, pero unas décimas arriba o abajo podrían tener consecuencias cruciales para la conformación del gobierno y su margen de maniobra fiscal. En cualquier caso, a pesar del estancamiento económico y político, la bolsa alemana ha tenido un comportamiento espectacular en los últimos años, pero aún tiene potencial para evolucionar al menos como el resto de los mercados europeos.

A riesgo de simplificar, la evolución de los mercados en 2024 ha estado determinada por dos factores: la "excepcionalidad" de EEUU en su dinamismo económico y el boom de su sector tecnológico, y el alza de su curva de tipos ante la perspectiva de que las medidas de su próxima administración eleven la inflación y el déficit, y la Fed pare pronto los recortes. Esto ha hecho que todos los activos financieros de ese país, con la excepción de sus bonos gubernamentales, se hayan comportado mejor que los del resto del mundo. Y de que ambos factores sigan vigentes o no dependerá de lo que nos espera en 2025.

Las grandes tecnológicas estadounidenses sufrieron una drástica toma de beneficios a principios de agosto, llegando a caer de media alrededor del 15%, aunque han recuperado dos terceras partes y están ya a apenas un 5% debajo de los máximos. La rotación hacia otros valores, avivada por el descenso de las curvas de tipos, ha permitido que el S&P 500 supere ya los niveles de julio, y que el índice equiponderado haya subido nada menos que un 8% desde entonces. ¿Es este el inicio de una nueva fase en las bolsas en las que los "7 Magníficos" pierden brillo y toman el relevo sectores y empresas más value y más pequeñas?

La publicación de los resultados del tercer trimestre está ya muy avanzada, y podemos ir extrayendo algunas conclusiones. En general, las ventas, márgenes y beneficios están superando algo lo previsto y no ha habido grandes sorpresas. En los detalles, hay argumentos para pensar que se está superando el bache, y también lo contrario. Lo que parece inevitable, en nuestro escenario base de mayor desaceleración de la economía mundial, es que las optimistas expectativas del consenso para 2024 deberán ser rebajadas, lo que supondrá otro lastre para que las bolsas puedan reanudar una tendencia alcista sostenida.

Esta semana hará un año que Rusia invadió Ucrania, un evento que trastocó el orden internacional y que está teniendo enormes repercusiones económicas y financieras, en especial en Europa. Es un buen momento para recapitular todo lo que ha cambiado en estos meses, cómo altera los equilibrios en los mercados, e incluso para elucubrar qué podría pasar en el improbable escenario de un súbito alto el fuego.