Opinión

Así fue 2024: Otro año de "excepcionalidad" de EEUU

A riesgo de simplificar, la evolución de los mercados en 2024 ha estado determinada por dos factores: la "excepcionalidad" de EEUU en su dinamismo económico y el boom de su sector tecnológico, y el alza de su curva de tipos ante la perspectiva de que las medidas de su próxima administración eleven la inflación y el déficit, y la Fed pare pronto los recortes. Esto ha hecho que todos los activos financieros de ese país, con la excepción de sus bonos gubernamentales, se hayan comportado mejor que los del resto del mundo. Y de que ambos factores sigan vigentes o no dependerá de lo que nos espera en 2025.

El ejercicio en la deuda pública discurría más o menos según lo previsto hasta septiembre. El mercado monetario descontaba que la Fed rebajaría hasta el 3,0%, y a su zaga el resto de autoridades monetarias alcanzarían un terreno neutral o levemente expansivo. Las curvas se fueron desplazando abajo y la rentabilidad del bono de 10 años, que había superado el 4,5% antes del verano, rozó el 3,6%.

Pero entonces comenzó a cotizarse una victoria republicana y aranceles que reavivarían las presiones inflacionistas y que obligarían a la Fed a pararse cerca del 4,0%. Si a esto se suma una mayor prima temporal por el riesgo de insostenibilidad fiscal, su curva de tipos repuntó bien por encima de este nivel, arrastrando a las europeas. La recaída de los precios de los bonos se ha comido parte de los intereses acumulados, con lo que la deuda pública de EEUU y la Eurozona acaba con retornos próximos al 1,5%.

Mucho más positivo ha sido 2024 para el crédito. Los diferenciales han ido descendiendo, hasta marcar mínimos históricos en el caso del high yield en dólares. Los índices de bonos corporativos con grado de inversión acumulan cerca de un 5% a ambos lados del Atlántico, los de grado especulativo superan el 8% y los de mercados emergentes más del 7%, con sus primas de riesgo también muy bajas.

Como no han cambiado las expectativas de recortes del BCE y de otros bancos centrales, se ha ampliado la brecha de intereses entre el dólar y el resto de monedas de Europa y Asia, lo que explica su apreciación desde el verano y que el euro esté tratando de estabilizarse cerca de 1,05 €/$, un 5% más abajo que en enero. Esta fortaleza del dólar no ha frenado al oro, que se dispara un 28%, pero junto a problemas de China sí que ha provocado pérdidas en el petróleo, los metales industriales y otras materias básicas.

En cuanto a la renta variable, la revalorización de dos sectores estadounidenses lo explica casi todo: Tecnología +38%, (con los "7 Magníficos" disparándose un 73%); Financieras +31%. Un año más ha sido imposible batir sus índices, con el S&P 500 avanzando más del 25% y el Nasdaq más del 30%.

Aunque también ha sido mejor de lo esperado en casi todas las demás bolsas (con la excepción del CAC francés). Sumando los dividendos, las de la eurozona ganan poco más del 10% y el IBEX ronda el 20%. También han sido muy destacables los avances en Asia, con Japón, China e India alrededor del 15% y Taiwán más del 25%. Ha sido sin embargo muy negativo para Brasil y México, con desplomes de más del 20%.

La evolución sectorial ha sido enormemente heterogénea. Mientras que los dos citados, Comunicaciones y Consumo Discrecional (por Amazon y Tesla) superan el 25%, otros cuatro (Materiales, Energía, Inmobiliarias y Salud) no llegan ni al 5%. Consumo Básico ronda el 7%, las eléctricas un 12% e Industria el 15%.

¿Y qué nos deparará 2025? Publicamos esta semana nuestro documento de Perspectivas, y allí encontrarán una visión muy detallada que les invito a leer. Pero en resumen, nuevamente, mucho dependerá de si EEUU logra prolongar su "excepcionalidad" y de cómo reaccione la Reserva Federal.

"2024 ha estado marcado por la fortaleza de la economía y de las empresas de EEUU, el boom de sus tecnologías y la perspectiva de que la Fed deberá frenar sus recortes de tipos".

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