Opinión | Pedro del Rosal
La apuesta de la Generalitat por hacer de la calle su arma para doblegar al Estado eleva el conflicto catalán a una magnitud desconocida. Los hechos de las últimas semanas constatan que hay miles -o, incluso, decenas de miles- de independentistas que, en cuestión de minutos, están dispuestos a acudir raudos al llamamiento de ANC y Òmnium y, si es necesario, enfrentarse a la acción de la Policía o la Guardia Civil.