Con escasa lógica económica o política, Donald Trump, ha introducido algunos de los aranceles más elevados en más de un siglo y los ha impuesto a casi todas las economías del mundo. Luego, de repente, a pesar de su insistencia en que las tasas estaban para quedarse, puso en pausa los nuevos aranceles "recíprocos" para todos los países excepto uno, manteniendo un gravamen general del 10% para el resto. Es el caso de China, con un gravamen mínimo del 145% sobre todos los productos chinos que entran en EEUU, pero esta misma semana el presidente estadounidense ha abierto la mano a llegar a un acuerdo con Pekín.

Profesora de la Escuela de Gestión Kellogg de la Universidad Northwestern y directora fundadora del China Econ Lab y del China Lab de Northwestern.