Fundadora del ESG Summit Europe

En el vertiginoso mundo de los negocios, la inversión en ESG (factores ambientales, sociales y de gobernanza) ha dejado de ser una opción, convirtiéndose en un eje central e ineludible. No actuar ya es un riesgo. No se trata solo de cumplir con las crecientes demandas regulatorias o la presión del mercado, sino de aprovechar los numerosos beneficios que trae consigo esta apuesta. Las empresas que abrazan la integración de estos factores no solo mitigan riesgos, sino que también se posicionan para capitalizar nuevas oportunidades.

El ritmo normativo a nivel europeo no cesa, con aprobaciones y publicaciones en los últimos meses de iniciativas relevantes, como la Directiva de empoderamiento de los consumidores o la batería de temas que nos dejó la última sesión del Parlamento. Se trata de regulaciones con diferentes formas jurídicas, que en muchos casos deben desarrollarse y trasponerse por las autoridades nacionales, mientras aún hay temas pendientes por cerrar en 2024, lo que parece será el año de la consolidación normativa en materia de sostenibilidad para las empresas en España.

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