Profesor de la Fundación de Estudios Financieros
Miguel Ángel Bernal

En este momento los partidos se encuentran ya en precampaña electoral y van haciendo públicos sus programas electorales. A excepción del Partido Popular, los otros partidos mayoritarios en el territorio español han ido desgranando las medidas que contemplan llevar a cabo en caso de ser elegidos. Toca, por tanto, analizar las propuestas que sus programas contienen, si bien este ejercicio para muchos se nos antoja baldío. La experiencia, al menos en los partidos tradicionales, PP y PSOE, nos dice que los programas han sido siempre papel mojado. En la memoria de todos está cómo el PP en las últimas elecciones generales sus propuestas no duraron ni siquiera un minuto; el mejor ejemplo son los impuestos: pese a prometer que no se iban a tocar, la cosa terminó con más de 40 subidas o creación de figuras impositivas que no existían. Como no han presentado nada, difícilmente puedo hablar de sus medidas por lo que iré a los otros partidos.

Opinión | Miguel A. Bernal Alonso

Entre la opinión pública son pocos los que conocen qué es la Responsabilidad Patrimonial Administrativa (RPA). Sin embargo deberían, pues al contribuyente le puede suponer un descalabro de entre 4.500 a 8.000 millones. La razón: la quiebra y liquidación de las autopistas radiales. Un precedente: debido a esta cláusula en el futuro los consumidores de gas pagarán los platos rotos del almacén Castor en el que el recibo asciende a unos 1.400 millones.

Análisis

Muy atrás queda ya el verano de 2007. En aquellas fechas comenzaron los problemas para las principales economías desarrolladas en lo que se ha venido en llamar el estallido de la burbuja de crédito. En aquel verano comenzaron a materializarse lo que hasta el momento era un murmullo, el impago de las hipotecas subprime o de alto riesgo. Desde entonces las noticias se sucedieron a velocidad endiablada: la caída primero de Bear Stearns, luego Lehman Brothers; posteriormente el contagio a Europa, primero con Islandia e Irlanda a los que les seguiría una larga lista de países en Europa.

Miguel A. Bernal Alonso

Muy atrás queda ya el verano de 2007. En aquellas fechas comenzaron los problemas para las principales economías desarrolladas en lo que se ha venido en llamar el estallido de la burbuja de crédito. En aquel verano comenzaron a materializarse lo que hasta el momento era un murmullo, el impago de las hipotecas sub-prime o de alto riesgo. Desde entonces las noticias se sucedieron a velocidad endiablada: la caída primero de Bear Stearns, luego Lehman Brothers; posteriormente el contagio a Europa, primero con Islandia e Irlanda a los que les seguiría una larga lista de países en Europa.

Opinión

La situación de los mercados emergentes y la posibilidad de que en EEUU se produzca un alza de los tipos de interés acapara estos días la atención y los focos de las noticias macroeconómicas. Cabría pensar que ambas noticias son independientes; sin embargo no es así, pues en buena parte ha sido la política monetaria americana la que ha financiado la burbuja de las materias primas y, por ende, la fuerte expansión de la actividad económica de los países emergentes. El último referente sobre este aspecto ha sido el informe publicado por el Instituto de Finanzas Internacionales, IIF por su acrónimo en inglés. Este prestigioso instituto puede pasar inadvertido para algunos; sin embargo conviene tenerlo presente, para darse cuenta de la relevancia de sus opiniones. El IIF agrupa a buena parte de los bancos privados más importantes de los países desarrollados, además de darles soporte en temas de préstamos y deuda, por lo que su opinión debería tenerse muy en cuenta. Ahora, el IIF advierte sobre el frenazo de los países emergentes, situando el crecimiento económico de las 30 principales economías emergentes en el 3,5 por ciento, el incremento más bajo desde 2007. Remarca el informe que el frenazo del bloque emergente no parece comprometer el crecimiento de los países avanzados, aun cuando se dejará sentir en ellos lo que en román paladino significa: no ven recesión. Hasta aquí nada que en este diario no hayan podido leer o se haya comentado en las diferentes opiniones de sus colaboradores, pero lo novedoso del informe, por eso lo traigo hasta este artículo, es que parece que por fin alguien deja de culpar tan solo a China y señala otras causas: el fin de la política monetaria extraordinariamente laxa llevada a cabo por EEUU y por supuesto los propios errores de los países emergentes.

Miguel A. Bernal Alonso

La situación de los mercados emergentes y la posibilidad de que en EEUU se produzca un alza de los tipos de interés acapara estos días la atención y los focos de las noticias macroeconómicas. Cabría pensar que ambas noticias son independientes; sin embargo no es así, pues en buena parte ha sido la política monetaria americana la que ha financiado la burbuja de las materias primas y, por ende, la fuerte expansión de la actividad económica de los países emergentes. El último referente sobre este aspecto ha sido el informe publicado por el Instituto de Finanzas Internacionales, IIF por su acrónimo en inglés. Este prestigioso instituto puede pasar inadvertido para algunos; sin embargo conviene tenerlo presente, para darse cuenta de la relevancia de sus opiniones. El IIF agrupa a buena parte de los bancos privados más importantes de los países desarrollados, además de darles soporte en temas de préstamos y deuda, por lo que su opinión debería tenerse muy en cuenta. Ahora, el IIF advierte sobre el frenazo de los países emergentes, situando el crecimiento económico de las 30 principales economías emergentes en el 3,5%, el incremento más bajo desde 2007. Remarca el informe que el frenazo del bloque emergente no parece comprometer el crecimiento de los países avanzados, aun cuando se dejará sentir en ellos lo que en román paladino significa: no ven recesión. Hasta aquí nada que en este diario no hayan podido leer o se haya comentado en las diferentes opiniones de sus colaboradores, pero lo novedoso del informe, por eso lo traigo hasta este artículo, es que parece que por fin alguien deja de culpar tan solo a China y señala otras causas: el fin de la política monetaria extraordinariamente laxa llevada a cabo por EEUU y por supuesto los propios errores de los países emergentes.

Miguel A. Bernal Alonso

Este fin de semana, aquí en España, toda la atención está centrada en las elecciones autonómicas catalanas. Conviene no olvidar que son sólo y únicamente autonómicas, aun cuando acaparan todos los focos de los medios de información nacionales y, cómo no, buena parte de los internacionales. La razón estriba en que lo que hasta hace poco era un partido nacionalista pero constitucionalista, Convergència, hoy se manifiesta abiertamente secesionista. Este partido, ante la pérdida del apoyo popular se arropa con otras opciones políticas, conformando un más que exótico matrimonio de conveniencia, abocado a un descarrilamiento forzoso. Los secesionistas quieren convertir la llamada a urnas en un acto plebiscitario para consumar la secesión, de ahí el interés, pero sigue siendo una convocatoria para elegir representantes autonómicos; la consulta no puede pasar de ahí.

El hito más importante

Hay que ir hasta 2008, concretamente a diciembre, para ver el último movimiento de tipos de interés por parte de la Fed. En aquellos momentos, y en una decisión histórica, los rebajó al nivel del cero. También histórico será el día que el banco central americano los suba, pero habrá que esperar aún ese momento. Ciertamente había mucha expectación en esta reunión por la posibilidad de que en EEUU comenzara la normalización de la política monetaria, pero al final optó por no mover ficha, aunque del comunicado se extrae que estrecha la vigilancia y el alza se podría producir para la próxima reunión, algo que, en mi opinión, no ocurrirá al menos hasta el inicio de 2016.

Análisis

Hay que ir hasta 2008, concretamente a diciembre, para ver el último movimiento de tipos de interés por parte de la Fed. En aquellos momentos, y en una decisión histórica, los rebajó al nivel del cero. También histórico será el día que el banco central americano los suba, pero habrá que esperar aún ese momento. Ciertamente había mucha expectación en esta reunión por la posibilidad de que en Estados Unidos (EU) comenzara la normalización de la política monetaria, pero al final optó por no mover ficha, aunque del comunicado se extrae que estrecha la vigilancia y el alza se podría producir para la próxima reunión, algo que, en mi opinión, no ocurrirá al menos hasta el inicio de 2016.

Miguel A. Bernal Alonso

La economía española tiene en el déficit público uno de sus desequilibrios más importantes. No es único, pero nadie debería olvidar la enorme deuda global contraída por todas nuestras administraciones públicas. La crisis nos deja un Estado hipotecado, una losa para una salida más airosa y briosa de esta crisis.