
En este momento los partidos se encuentran ya en precampaña electoral y van haciendo públicos sus programas electorales. A excepción del Partido Popular, los otros partidos mayoritarios en el territorio español han ido desgranando las medidas que contemplan llevar a cabo en caso de ser elegidos. Toca, por tanto, analizar las propuestas que sus programas contienen, si bien este ejercicio para muchos se nos antoja baldío. La experiencia, al menos en los partidos tradicionales, PP y PSOE, nos dice que los programas han sido siempre papel mojado. En la memoria de todos está cómo el PP en las últimas elecciones generales sus propuestas no duraron ni siquiera un minuto; el mejor ejemplo son los impuestos: pese a prometer que no se iban a tocar, la cosa terminó con más de 40 subidas o creación de figuras impositivas que no existían. Como no han presentado nada, difícilmente puedo hablar de sus medidas por lo que iré a los otros partidos.
Empecemos con Podemos. Comprobamos que sus propuestas poco o nada tienen que ver con las que esgrimieron en el momento de irrupción en la vida política española, allá en 2014. Atrás queda ya un programa con medidas muy poco realistas y que desde luego no parecía que se pudiese llevar a cabo. Por ejemplo la renta básica universal, al igual que en las autonómicas, ya no figura en el programa, a cambio de una renta garantizada a percibir tan sólo por hogares con muy bajo nivel de ingresos. El programa que presenta Podemos contiene el germen de la política económica de la socialdemocracia de los años 80; se basa en gran medida en una elevación del gasto y en una subida de impuestos. Podemos propugna una elevación de la inversión para incrementar la cual se basan en la elevación del gasto público, pero aquí chocamos con varios impedimentos, uno muy grave: la negativa de Bruselas sobre este tema. Otro el altísimo nivel de deuda acumulado que lastrará el crecimiento de la economía española a futuro. En este sentido hay que tener presente que nuestra ratio de deuda pública sobre el PIB está muy cercana al 100 por cien. En cuanto a impuestos, abogan por incremento del IRPF para las rentas medias altas, recuperación del impuesto de sucesiones, a las sociedades elevación del Impuesto de Sociedades. En definitiva, este no es el Podemos original, aquel que irrumpió en las generales, algo que desconcertará a muchos de sus votantes y que puede estar detrás de la caída en intención de voto que las estadísticas ofrecen. El otro partido nuevo, al menos a nivel de elecciones generales, es Ciudadanos. Es probablemente el caso contrario a Podemos. El partido de Rivera lleva tiempo, desde las autonómicas, con un programa muy estructurado, mucho más realista y donde no ha habido cambios. Es un programa de renovación muy parecido a lo que pretenden o nos transmiten con sus propuestas políticos. El partido es consciente de que económicamente nuestro modelo no da para mucho más y realiza una propuesta muy completa en todos los ámbitos; es prácticamente una regeneración lo que propone. Las medidas fiscales pasan por racionalizar más los impuestos: sencillez, eliminación de desgravaciones y gasto deducibles que luego distorsionan las bases imponibles. Dentro de las propuestas fiscales contiene también medidas discutibles como es el caso la eliminación del IVA súper-reducido. Totalmente acertado plantear la necesidad de dotar a España de un modelo de financiación autonómica equilibrado, eliminando para ello temas como el cupo vasco y navarro. Meten el dedo en la llaga del mercado laboral con la eliminación de la actual dualidad, temporal vs. indefinido, al contemplar un único contrato con alguno complementario como el de formación. Proponen la figura de organismos y supervisores independientes para tratar temas de obras públicas e infraestructuras, y así intentar que no se reproduzcan problemas como trenes AVE ruinosos, radiales, aeropuertos, almacenamiento gasístico Castor y miles de innumerables rémoras para el bolsillo del ciudadano. Cierto es que hay también brindis al sol: está muy bien hablar de ampliación de las bases imponibles, pero depende mucho del momento económico, aunque cierto es que hay que crear la base para que esto se produzca. El problema, para mí la grandeza del mismo, es que da un repaso a todos los aspectos espinosos y que hay que renovar, partiendo de una modernización total de la estructura económica de un modelo que como estamos viendo no da para más.
El PSOE por el contrario plantea continuidad; no plantea la refundación de la economía española. Un ejemplo lo tenemos en la propuesta de pensiones: su solución es contemplar la creación de un nuevo impuesto para sufragar el gasto. El PSOE sabe que el problema de las pensiones se llama demografía, envejecimiento de la población y sistema de reparto. Desde luego no parece que la imaginación de los responsable económicos dé para mucho más que para parchear. Mucha tibieza en el modelo de financiación autonómica. Son tan continuistas que hasta se contradicen a sí mismos: hay tenemos sus propuestas del mercado laboral. Donde criticaron la reforma del Partido Popular, ahora nos dicen que no están de acuerdo pero que no la echarán atrás. ¿En qué quedamos? Hace falta mucho consenso, partir de los problemas económicos y crear un modelo nuevo y consensuado para que sea duradero en el tiempo.