Decir que el entorno económico mundial actual es «incierto» es subestimar mucho la confusión que se ha instalado en estos últimos meses, y sobre todo desde que a principios de abril el presidente estadounidense Donald Trump introdujo sus aranceles del «día de la liberación». Luego los puso en pausa casi de inmediato, cuando los mercados de capitales (en particular, los de bonos estadounidenses) se hundieron en el caos. Pero nadie (con la posible excepción de algunos miembros del gobierno) sabe si en los próximos meses los reactivará (tras la suspensión por noventa días en la que los países afectados intentarán negociar nuevos acuerdos bilaterales con Estados Unidos) o si pondrá en su lugar una serie de esquemas negociados con los socios comerciales. Aún así, algunos de los efectos de las políticas de Trump sobre la economía de los Estados Unidos y del mundo son previsibles