Redactor de economía y mercados. Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Un día se preguntó cómo cotizaba un bono y ya no hubo vuelta atrás.

Llegan las primeras filtraciones de un posible ataque de EEUU a Irán. Son muchos los indicios, pero con Donald Trump no se puede dar nada por seguro ni por descartado. Varios bombarderos de EEUU han comenzado a usar las bases de España y han comenzado a realizar maniobras. Por otro lado, según publica en exclusiva la agencia Bloomberg, altos funcionarios estadounidenses se preparan para la posibilidad de un ataque contra Irán en los próximos días, según han revelado personas familiarizadas con el asunto, una señal casi evidente de que Washington está preparando la infraestructura para entrar directamente en conflicto con Teherán. Mientras que la entrada de EEUU de forma directa en los ataques llega, los analistas empiezan a realizar sus quinielas sobre cuál puede ser el escenario. Todos parecen coincidir en algo: un Irán contra las cuerdas puede ser un Irán muy peligroso. Teherán aún no ha desatado todo su 'potencial bélico' ni ha puesto en marcha las medidas más 'destructivas'. El gran riesgo es que un régimen iraní acorralado quiera 'morir matando', es decir, atacando directamente estructuras petroleras.

Mario Draghi, el que fuera presidente del Banco Central Europeo (2011-2019) y presidente del Consejo de Ministros de la República de Italia (2021-2022), ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2025. El jurado ha leído el fallo este miércoles en el Salón Regenta del Hotel Barceló Cervantes de Oviedo. El hombre que pilotó tanto la política monetaria de la eurozona en sus años más complicados así como la siempre compleja política italiana en otra fase particularmente sensible recibe este reconocimiento.

Ya está aquí el momento tan deseado por alumnos y profesores: las vacaciones de verano. Tras un curso de esfuerzo, llega el parón deseado por todos: sol, playa, piscina, más horas al aire libre... Sin embargo, aunque son momentos indudablemente alegres, las vacaciones escolares también tienen un efecto para la economía del país, y no es precisamente positivo si este período se alarga tanto como suele ser la norma en países como España, donde el descanso se acerca a los tres meses.

Algunos aún lloran el 'adiós' inversor de una de las mayores, si no la mayor, leyenda de los mercados. Solo han pasado unas pocas semanas y ya se siente el vacío de Warren Buffett tras decidir el estadounidense, con 94 años, colgar la chaqueta y dejar el mundo de la inversión. Su conglomerado, Berkshire Hathaway, seguirá invirtiendo, pero faltará el toque mágico de su gran hacedor. Desde que el conocido como Oráculo de Omaha (la localidad de Nebraska donde nació) anunció su marcha, los titulares se han llenado con sus grandes éxitos: desde la prolongada apuesta por Coca-Cola hasta su reciente montaña de liquidez en tiempos de zozobra pasando por las fiables aseguradoras y saber subirse a tiempo al carro ganador de Apple. De lo que no se ha hablado tanto es de uno de sus grandes 'errores'. Un error que ha estado tapado muchos años (no se había materializado) y que ha salido a la luz en los últimos meses ante el espectacular boom de este activo que no para de subir... y las previsiones apuntan a más alzas en el corto y medio plazo.

Las tensiones geopolíticas son como una cuerda de la que dos extremos tiran con fuerza. En ocasiones, la cuerda se rompe y ahí entra en escena el pánico. Es lo que ha ocurrido con Israel e Irán, ahora envueltos en ataques aéreos cruzados y abriendo una espiral muy peligrosa en un ya de por sí siempre revuelto Oriente Medio. Aunque las caídas todavía no han sido abruptas en las bolsas, como es lógico, el miedo se ha instalado entre los inversores. Y es que hay mucho en juego: poderío nuclear, tránsito de petróleo y el gran riesgo de que otros actores, incluido EEUU, primera potencia mundial, entren en la pelea. Eso hace que surja cierta ansiedad sobre cómo posicionarse. ¿Vender? ¿Aguantar? ¿Comprar la incipiente caída? Los consejos de los estrategas abundan, pero hay uno de ellos que pide mirar primero a la historia.

Las implicaciones energéticas del intercambio de golpes entre Israel e Irán están agitando a los mercados. De momento, no ha habido ataques de gran envergadura sobre la infraestructura energética. Pero eso no quita que hayan estado a punto de producirse o que se vayan a producir más pronto que tarde. Dentro de lo vital que es Oriente Medio para el suministro energético mundial, en Irán hay un punto especialmente crítico del que no se habla tanto como del Estrecho de Ormuz. Han abundado los análisis que advierten de que un cierre del Estrecho de Ormuz decretado por Teherán como represalia al asedio de Israel bloquearía el tráfico comercial de más del 20% del petróleo mundial y una parte significativa del gas natural. Pero no se ha incidido tanto en la diminuta pero trascendental isla de Kharg, por la que pasan más del 90% de las exportaciones de petróleo de Irán.

La economía de Alemania se ha convertido para sorpresa de analistas e instituciones económicas en el gran enfermo de Europa. Un enfermo que a primera vista no parece tener cura para el corto plazo. Cuando vienen mal dadas, todo lo que antes funcionaba parece convertirse en el problema y esto es lo que está sucediendo en Alemania. Durante décadas, los alemanes han trabajado de media muchas menos horas que el resto de europeos, sobre si se compara con los del sur del Viejo Continente. Su elevada productividad y el gran valor añadido de los bienes y servicios que producen les han permitido hacer mucho con poco (de eso se trata la productividad). Ahora que la economía no arranca, el Gobierno alemán cree que es esa falta de trabajo (de horas de trabajo) y la preferencia por el ocio lo que está lastrando la economía. Desde el canciller alemán hasta el banco de inversión Deutsche Bank, pasando por el estamento empresarial, han señalado a esta tendencia como culpable.

Aunque el acuerdo entre EEUU y China se dé por hecho, este choque entre ambas potencias puede ser el inicio de una nueva era. Desde el primer mandato de Donald Trump, EEUU ha intentado torcer el brazo a China en la guerra comercial a través de aranceles, controles de exportación y restricciones tecnológicas. Como si de una carrera se tratara, la primera potencia del mundo buscaba impedir el rápido avance de la segunda con sus restricciones y músculo financiero. Sin embargo, Pekín podría haber encontrado el punto débil de EEUU... y de todos sus aliados occidentales: el control absoluto de las tierras raras, un grupo de minerales imprescindibles para la fabricación de imanes permanentes utilizados en automóviles eléctricos, drones, misiles, turbinas eólicas, cazas y robótica. Sin estos minerales es muy difícil que algunas industrias punteras puedan seguir el ritmo de la competencia global, pero sobre todo el ritmo que está empezando a adquirir la tecnología China. Aún es muy pronto para sacar conclusiones, pero si China deja a EEUU sin acceso a las tierras raras, el país que comenzó imponiendo los aranceles podría terminar siendo la gran víctima de la guerra comercial. No solo eso, el liderazgo de EEUU y los países aliados (Europa, Australia..) estaría en juego en varios sectores.

En el sudeste asiático, prácticamente lindando con el norte de Australia, se encuentra la nación más joven de Asia. Bañada por el océano Índico, la isla de Timor, de origen volcánico, irregular orografía y vastas zonas de selva, se divide en dos partes. La occidental (o izquierda en el mapa), se corresponde con una provincia de Indonesia. La oriental (o derecha) la ocupa el país que se independizó de Indonesia en 2002: Timor Oriental. En estos apenas 20 años de existencia (no llega a un cuarto de siglo), la trayectoria económica de esta joven nación que no llega al millón y medio de habitantes ha progresado lo suficiente como para recibir ciertas alabanzas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, en una reciente ficha, el organismo subraya que si el país quiere disfrutar de un futuro próspero, tiene que saber gestionar mejor el gran tesoro que acumula: un 'cofre' diez veces más grande que su economía.