La banca ha apretado las tuercas a la empresa vasca de importación de vehículos y distribución Bergé después de que su deuda se haya casi triplicado en el último ejercicio a corto plazo, hasta 693,8 millones de euros. A la espera de la posible salida a bolsa de su filial Astara Mobility, que comercializa las marcas SsangYong, Subaru y Mitsubishi, el grupo se ha visto obligado a pedir una refinanciación de su pasivo, por la que se ha visto obligada a vender activos y aportar nuevas garantías, firmando así "una prensa de primer rango sobre las participaciones y acciones de las sociedades del perímetro de financiación".