Redactor de Informalia.
Primicia

Después de nueve años sin actuar ante el público, Miguel Bosé regresó a los escenarios el pasado 27 de febrero en la localidad mexicana de Querétaro, dando inicio a una gira que ha continuado por todo el país. El cantante, que reside en Ciudad de México desde 2018 junto a sus hijos Tadeo y Diego, de casi 14 años, ha retomado su carrera musical tras años de lucha contra una preocupante dolencia en la voz.

El linaje de los Grosvenor se extiende como una de esas raíces profundas que sostienen la historia británica. Dueños de vastos terrenos en Londres, herederos de una fortuna que se mide en miles de millones y con un apellido que resuena en los salones más exclusivos del Reino Unido, los miembros de esta familia han sabido combinar la ostentación con la reserva, el lujo con la disciplina. Ahora, con la noticia del primer hijo de Hugh Grosvenor y Olivia Henson, el ciclo se repite. Nacerá en el seno de una de las casas más ricas del mundo, rodeado de tradiciones centenarias, aunque quizá sin el peso asfixiante de otras dinastías europeas.

Tom Quinn, periodista y escritor avezado en desentrañar los misterios de la Casa de Windsor, ha recopilado en su último libro, Yes Ma’am: The Secret Life of Royal Servants, los testimonios de quienes han compartido, a una distancia prudente y servil, la intimidad de la familia real. Lo que emerge de sus páginas es un fresco tan fascinante como inquietante, donde las grandezas del protocolo se entrelazan con la mezquindad cotidiana de los privilegiados.

Beyoncé Knowles-Carter ha hecho historia en la música, el cine y la moda. Ahora, su más reciente colaboración con Levi's no solo reinterpreta icónicos anuncios de la marca, sino que también moderniza su legado para una nueva generación. Con más de 170 años de historia, Levi's ha vestido desde buscadores de oro hasta estrellas del rock. Hoy, con Queen Bey al frente de su nueva campaña, la firma demuestra que la innovación y la tradición pueden caminar de la mano.

Haz el amor, no la guerra (en el original inglés: Make love not war; y en francés: Faites l'amour, pas la guerre) es un lema antimilitar asociado con la contracultura de la década de 1960 en Estados Unidos. Pero hoy, en el caso del presidente de Ucrania y su mujer podemos admitir una variante como la del titular.

Haz el amor, no la guerra (en el original inglés: Make love not war; y en francés: Faites l'amour, pas la guerre) es un lema antimilitar asociado con la contracultura de la década de 1960 en Estados Unidos. Pero hoy, en el caso del presidente de Ucrania y su mujer podemos admitir una variante como la del titular.

Haz el amor, no la guerra (en el original inglés: Make love not war; y en francés: Faites l'amour, pas la guerre) es un lema antimilitar asociado con la contracultura de la década de 1960 en Estados Unidos. Pero hoy, en el caso del presidente de Ucrania y su mujer podemos admitir una variante como la del titular.

El cine mudo alcanzó un admirable nivel de sofisticación con El abanico de Lady Windermere (1925), la magistral adaptación de Ernst Lubitsch de la célebre obra que Oscar Wilde (Lady Windermere's Fan) había estrenado el 20 de febrero de 1892 en Londres, en el Teatro St James. Esta joya del cine cumple un siglo este año y está disponible en Filmin, es un testimonio que avisaba ya del talento inigualable del creador de obras maestras como Ninotchka (1940) o Ser o no ser (1942) para la comedia de enredos, donde la ironía y la elegancia conviven en perfecta armonía con un refinado sentido del drama.

Borja Cobeaga lo ha vuelto a hacer. Con Su Majestad, la nueva miniserie de siete capítulos de media hora (Amazon Prime Video), el cineasta de Ocho Apellidos Vascos, junto a su habitual colaborador Diego San José, construye una afilada sátira sobre la monarquía contemporánea sin necesidad de mencionar a los Borbones, pero dejando claras sus intenciones junto a un rosario de referencias inequívocas. Protagonizada por una resuelta Anna Castillo y un Ernesto Alterio que construye un sólido tutor de Su Alteza, esta comedia irreverente y sin pretensiones nos plantea un escenario en el que la institución real está al borde del colapso, dando paso a una heredera inesperada que debe tomar el trono en circunstancias desastrosas.

Los abogados, esos actores secundarios del gran teatro de la herencia, se encargarán de que la historia no termine en un simple fundido a negro. Mientras tanto, la función está así alrededor de la última morada de Gene Hackman, bajo el cielo abrasador de Santa Fe. Allí la muerte llegó dos veces antes de que el polvo tuviera tiempo de asentarse. Primero, Betsy Arakawa, su esposa, cayó víctima de un hantavirus tan raro como letal. Siete días después, el actor, doblemente oscarizado, la siguió, traicionado por un corazón que había latido durante 95 años con la misma intensidad con la que interpretó a Harry Caul o al despiadado sheriff de Los Imperdonables. Su casa, ahora silenciosa, quedó como un escenario vacío, sin protagonistas, pero con un último guion aún por revelarse: su testamento.