Tribuna
20/09/2019, 20:33
Fri, 20 Sep 2019 20:33:48 +0200
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Los estados adheridos al Acuerdo de París se han puesto, en mayor o menor grado, manos a la obra para ir cumpliendo los 17 puntos marcados en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) firmados en 2015. El séptimo recoge la necesidad de garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos como medio de avanzar hacia una economía cada vez más descarbonizada. En el caso de España, el Ministerio para la Transición Ecológica diseñó y presentó a los órganos europeos un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), único, entre los países de la UE, que fue aprobado por su ambición, detalle y carácter inclusivo de los procesos (ver informe de mayo de la Fundación Europea para el Clima Planning for Net Zero: Assesing the Draft National Energy and Climate Plans). Precisamente por ello nuestro país se ha impuesto una ardua tarea por delante; el Plan no deja de ser una hoja de ruta (omnicomprensiva) hacia la descarbonización. Debería suponer, con independencia de la coyuntura política o de las dificultades para formar gobiernos, una oportunidad para contribuir al crecimiento sostenible y la creación de empleos cualificados.