Según un estudio reciente de la Unión Europea, España sobresale entre los países con más porcentaje de trabajadores en empresas basadas en plataformas digitales. Estos trabajos se caracterizan por su temporalidad, flexibilidad e independencia, a veces sin límites geográficos, y se producen en un contexto donde el cliente conecta con el proveedor a través de dichas plataformas. Es decir, la plataforma hace de intermediario facilitando la transacción. El trabajador normalmente forma parte de la cadena de suministro del proveedor (el repartidor de Amazon o el "rider" de McDonald's) o es, incluso, el propio proveedor (el propietario de un apartamento en Airbnb o el taxista de Cabify con licencia propia). Curiosamente, es común que las plataformas digitales, al mismo tiempo que tratan exquisitamente a sus clientes, deriven las quejas de éstos a sus proveedores, generándoles presión. A esta se suman los salarios reducidos, la falta de beneficios sociales y la nula posibilidad de construir carrera profesional. No hay jefes, pero tampoco defensa salarial. Este escenario constituye lo que en América se ha acabado denominando Economía "Gig".

Director de Programas de Machine Learning e Inteligencia Artificial de EOI. VP Business Development en BigML