Artículo de opinión José Luis Escrivá Belmonte
Modernizar nuestro sistema de pensiones siempre fue una de mis prioridades desde que fui nombrado ministro. Así lo indiqué en mi primera comparecencia parlamentaria allá por febrero de 2020, en la que presenté las líneas generales del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Tras la fallida reforma de 2013, nuestro país necesitaba, en primer lugar, un marco estable que devolviera la certidumbre a nuestros pensionistas, actuales y futuros. Y, en segundo lugar, dotar al sistema de nuevas herramientas para reforzar su sostenibilidad de cara a los retos que afrontará en las próximas décadas.