Doctora en Derecho y académica correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Presidenta de AMMDE (Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias)

La aprobación, en el último Consejo de Ministros, del Anteproyecto de Ley de Formacion Profesional es un intento más de solucionar una serie de problemas clave para nuestra economía. En primer lugar el desempleo, recordemos que estamos en unos de los países con una mayor tasa de desempleo; además la falta de profesionales preparados para cubrir un gran número de ofertas de empleo; en tercer lugar, el insuficiente reconocimiento de la capacidad y habilidades laborales que permiten una movilidad del trabajador con experiencia pero sin titulación que lo acredite; y por último la readaptación de profesionales a ámbitos y sectores con mayores y mejores expectativas de empleo y sueldo.

La formación ha de ejercer una función muy determinada y de alta eficacia: la de contribuir a conseguir personas capaces de participar activamente en la sociedad.

La resiliencia es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades, aprender de ellas, superarlas y conseguir un cambio o beneficio para mejorar. ¿Es la mujer más resiliente que el hombre? ¿Por qué se dice que somos buenas para los malos momentos? ¿Qué nos hace reaccionar sin derrumbarnos y esforzarnos para salir adelante?

La eficacia proverbial con la que la monarquía ejerce su precisa función constitucional es su mejor presentación. La forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria; y, con el impulso y apoyo de la Corona, el pueblo español llevó a cabo una ejemplar transición democrática. En la difícil situación actual, en la que parece que la buena fortuna nos ha abandonado y todo son malos augurios, estamos necesitados más que nunca de la estabilidad, permanencia e imparcialidad que nos aporta esta forma de gobierno que elegimos en nuestra Constitución de 1978.

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