Este domingo, la pista Philippe-Chatrier de París acoge una de las finales más esperadas del tenis mundial: Carlos Alcaraz frente a Jannik Sinner por el título de Roland Garros. Sin embargo, a pesar de la magnitud del evento y del protagonismo del joven murciano como embajador del deporte español, ha llamado la atención la escasa presencia institucional española en las gradas.

Mezcla de talento deportivo y glamour internacional, Roland Garros reafirma su estatus como uno de los grandes escaparates culturales y mediáticos del calendario global. En París, hoy, no solo se juega una final: se vive un auténtico espectáculo.

Este domingo 8 de junio se está disputando la gran final de Roland Garros 2025 en la emblemática pista Philippe Chatrier. La están emitiendo en directo esta final de Roland Garros 2025 entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner a través de Eurosport, RTVE (en España) y las plataformas de streaming oficiales del torneo. La cita imperdible para los amantes del tenis enfrenta a Carlos Alcaraz, que busca revalidar el título que conquistó por primera vez en 2024, frente a un Jannik Sinner que llega invicto al último partido del torneo. Ambos jugadores pelean no solo por coronarse en el segundo Grand Slam del año, sino también por un premio económico que muchos envidiarían: más de dos millones y medio de dólares para el campeón.

Shakira y Alejandro Sanz siempre han tenido esa química envolvente sobre el escenario. Y ahora que vuelven a protagonizar una nueva canción juntos, las redes están que arden. Bésame, así reza el título del nuevo trabajo en conjunto que la ex de Piqué y el —por ahora— novio de Candela Márquez han lanzado. Un esperadísimo reencuentro que, al parecer, no ha sentado nada bien a la actriz, quien ha dejado de seguir a Alejandro en Instagram, avivando los rumores de una posible crisis en la pareja. Ajena a todo este revuelo, la de Barranquilla ofreció el viernes un concierto en el Hard Rock Stadium de Miami, donde, cómo no, acabó invitando a Sanz al escenario.

Tras su batacazo en Eurovisión 2025, donde quedó en el antepenúltimo puesto, la cantante de Esa diva no levanta cabeza. Desde su regreso de Basilea, todo parece ir en su contra. A sus polémicas declaraciones en RTVE —donde no dudó en lanzar dardos a quienes, según ella, entorpecieron su camino— se suma su silencio ante el conflicto entre Palestina e Israel, una postura que no ha pasado desapercibida en redes. Además, su empeño en gestionar su agenda de apariciones en televisión no está dando los frutos esperados. Melody no acierta una y su imagen parece que va en detrimento con el paso de los días. Este domingo estaba prevista una actuación suya en el Gran Premio de Aragón de Moto GP 2025, que finalmente ha cancelado 'in extremis'.

En la eterna tragicomedia del poder, los titanes a veces se tropiezan. Esta semana, Elon Musk, el empresario que se mueve entre la genialidad y el caos con la misma soltura con la que maneja una cuenta de Twitter (ahora X), ha perdido nada menos que 34.000 millones de dólares de su fortuna personal. No es un error tipográfico: treinta y cuatro mil millones, una cifra equivalente al PIB de un pequeño país como Islandia, se esfumaron en apenas unas horas. Es, según Bloomberg, la segunda mayor pérdida de riqueza personal jamás registrada en un solo día.

Este sábado 7 de junio, Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte, protagonizaron una visita muy especial al Principado de Mónaco, donde fueron recibidos con todos los honores por el príncipe Alberto II, la princesa Charlène y sus hijos, los pequeños Jacques y Gabriella. El encuentro dejó imágenes para el recuerdo, especialmente por la cercanía, las sonrisas y la espontaneidad que regalaron los mellizos, quienes una vez más acapararon todo el protagonismo con su inocencia.

Este fin de semana, el amor ha escrito una de sus páginas más bonitas en la vida de Jaime Lorente y Marta Goenaga. El actor de Hamburgo se dio el 'sí, quiero' con la madre de sus dos hijos. La ceremonia tuvo lugar en el castillo que inspiró a Garcilaso de la Vega en uno de sus poemas: el Castillo de Batres, enclavado en la serranía madrileña, en un entorno idílico con murallas y jardines de ensueño.