Es la imagen característica de todos los veranos en España. Centenares de yates y barcos de recreo fondeados frente a las costas españolas. Sin embargo, el hundimiento del turismo por la crisis del coronavirus ha terminado también con esta postal. Ni si quiera los turistas más acaudalados, los magnates internacionales propietarios de grandes embarcaciones valoradas en cientos de millones de euros -los llamados superyates-, se han quedado en el país este verano.