Abogado en Harboury Legal & Business Services y profesor de EAE Business School

Es evidente que el coronavirus ha trastocado profundamente nuestras vidas y que sus consecuencias exceden claramente del ámbito estrictamente sanitario. En materia de impuestos, seguramente es donde más se hace visibles estos efectos. En estos momentos en que más haría falta encontrar una cierta humanidad, nos vemos doblegados ante la implacable frialdad de la maquinaria administrativa que actúa con pocas contemplaciones. El sostenimiento del gasto público es el que manda.

El Impuesto sobre Transacciones Financieras (más conocida como Tasa Tobin) es un impuesto indirecto regulado en la Ley 5/2020, de 15 de octubre (BOE de 16/10/2020), que ha entrado en vigor el pasado 16 de enero de 2021. El objetivo del Impuesto es contribuir al objetivo de consolidación de las finanzas públicas y reforzar el principio de equidad del sistema tributario, sometiendo a tributación operaciones que no se encontraban hasta la fecha sometidas a tributación indirecta.

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