El pacto social de la Constitución Española de 1978 fue el punto de partida de nuestra monarquía parlamentaria, una de las pocas que se mantienen en Europa. La figura del Rey, como jefe del Estado, ha contribuido desde entonces a la consolidación de unas instituciones que han llevado a nuestro país a protagonizar su mayor época de prosperidad.

La transición energética en que estamos inmersos está determinada no sólo por un cambio tecnológico, sino casi en la misma medida por el factor tiempo. El gran desafío que afrontamos como civilización es la lucha contra el cambio climático, una batalla que urge en esta carrera contrarreloj por la sostenibilidad del planeta. Es momento de tomar decisiones certeras, factibles y realistas, y suficientemente ambiciosas. Cuando hace 15 años elEconomista iniciaba su andadura, todavía faltaba casi una década para que empezáramos a hablar de estos objetivos. De igual forma, el panorama mediático era muy diferente en 2006, cuando Editorial Ecoprensa apostó por lanzar al mercado un nuevo diario económico en papel. Las nuevas tecnologías y la digitalización han cambiado tanto la forma en que generamos y consumimos energía, como la manera en que se produce y se consume la información. Ambos sectores vivimos caminos paralelos, en constante transformación, que hacen más actual que nunca la idea del escritor Isaac Asimov, que afirmaba que "es el cambio, el cambio continuo, el cambio inevitable, el factor dominante de la sociedad actual".

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