Opinión
Se cumplen estos días 10 años de la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción voluntaria (en adelante LJV). Dicha ley ha desjudicializado una serie de expedientes en materia civil y mercantil (especialmente en derecho de sociedades), descargando de trabajo a los juzgados y atribuyendo competencias a los secretarios judiciales, hoy letrados de la Administración de Justicia, y a los Notarios y Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles.