Si hay unas elecciones extrañas dentro del panorama democrático, esas son sin duda las elecciones al Parlamento Europeo. Los ciudadanos eligen quienes van a ser sus representantes en el Europarlamento, pero la realidad es que votan en clave interna. En muchos países, no sé si en todos, pero en el nuestro sin duda, no se vota pensando en quiénes queremos que sean nuestros representantes en la Cámara ni cuál sea la composición de esta, sino en si queremos dar un voto de apoyo o castigo a nuestro Gobierno nacional. Y sin embargo, también sabemos que ese apoyo o castigo no va a tener en realidad consecuencias directas, puesto que, a diferencia de las elecciones nacionales (generales, autonómicas o municipales), el resultado no va a modificar el Gobierno en ninguno de esos ámbitos.

Economista y técnico comercial del Estado