Enrique Verdeguer Puig
Recuerdo en mis años universitarios que prácticamente todas las asignaturas tenían varias horas de teoría y normalmente una de práctica. La teoría la daba un catedrático o profesor titular mientras que las prácticas las solían dar profesores ayudantes bastante más jóvenes, en general. De alguna forma, se podía concluir que lo importante de la asignatura era la parte teórica y que lo aplicado era algo menos relevante.