OPINIÓN
El conflicto híbrido que mediáticamente se ha venido en denominar “la guerra del taxi”, se ha desarrollado, durante más de una década, como un circo de tres pistas, entre las protestas callejeras, la presión de los lobbies a los distintos parlamentos y Gobiernos, y, la judicialización de todas las normas dictadas sobre la materia desde, al menos, el año 2009.