En el año 2002 más del 60% de los jóvenes menores de 30 años era propietario de su vivienda habitual. Diez años después, en 2012 y aún con la resaca del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, ese porcentaje descendió hasta el 50%. Y en 2022 tan solo 3 de cada 10 poseía un inmueble, según el último informe de Future Policy Lab: "Vivienda para vivir. De mercancía a derecho." Unas cifras que también han sufrido importantes caídas en rangos de edad superiores. Por ejemplo, asimismo, las personas más senior de entre 80 y 90 años han experimentado un importante descenso en el porcentaje de viviendas en propiedad, pasando de casi un 90% en 2022 a menos de un 70% en 2022.

Redactora de economía con especial interés en el sector inmobiliario y de construcción. Periodista graduada por la Universidad CEU San Pablo y cinéfila en tiempo de ocio.