
Los más de 2.500 kilómetros que conforman la Gran Barrera de Coral en la costa este de Australia son, su a vez, el mayor arrecife del mundo. Pero no tan lejos, aquí en España, también se encuentran hasta 7 zonas submarinas llenas de coral, divididas en dos regiones (continental, en la Península Ibérica, y macronésico, en Canarias) y repartidas entre el Mar de Alborán, el Mar Mediterráneo y en el Océano Atlántico.
Con todo, la sorpresa se encuentra en Castrojimeno, un pequeño pueblo de Segovia de tan solo 31 habitantes (datos de 2023) y que cuenta con una ruta específica en donde poder observar los arrecifes de coral petrificados desde hace más de 86 millones de años.
Se trata de la colonia de arrecifes más importantes de la provincia, o al menos la mejor conservada, si bien en el Bierzo también existe un gran yacimiento arqueológico datado de entre 350 y 400 millones atrás y que buena muestra da del pasado submarino de la península, cuando ésta aún permanecía sumergida bajo el mar y estaba rodeada de plataformas de arrecifes.
La Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda así lo confirma en su página web, reconociendo que el arrecife de Castrojimeno es un coral fosilizado del periodo Coniaciense superior de la era del Mesozoico, hace más de 85 millones de año cuando el hombre aún no habitaba la tierra (y aún tardaría).
Ruta de los arrecifes
Para comprender la existencia de corales en plena meseta castellana hay que destacar que se trata de un proceso geológico y que "constituye un caso único de conversación que despierta el interés de expertos de todo el mundo", tal y como recuerdan desde Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda ya que se debe a un caso único de conservación en el mundo.
Es por eso que la provincia de Segovia alberga la Ruta de los Arrecifes, con inicio en Carrascal del Río y hasta Castrojimeno