Redactora de economía con especial interés en el sector inmobiliario y de construcción. Periodista graduada por la Universidad CEU San Pablo y cinéfila en tiempo de ocio.

En los últimos años la vivienda se ha convertido en una de las grandes preocupaciones a nivel mundial, con un mercado inmobiliario asfixiante cuya única solución es la de elevar de forma sustancial el parqué disponible. Una tarea que pasa por la producción de nuevos inmuebles para paliar el déficit acumulado, la principal razón del encarecimiento continuado de los precios. Y aunque no resulta tarea sencilla a corto plazo son muchos los factores que entran en juego.

Durante 14 años, entre 2014 y 2018, Etiopía experimentó un crecimiento de casi el 10% gracias a la implementación de un nuevo enfoque económico estatal basado en inversiones masivas a nivel nacional, tanto destinadas a la mejora de infraestructuras (carreteras, acceso a agua potable y electricidad...) como a la creación de parques industriales. Y aunque el crecimiento se ha moderado con la última cifra del curso 22/23, un 7% (con una media en los últimos 10 años de 7,6%), sigue siendo uno de los países con mayor ritmo a nivel mundial.

De los 10 distritos que conforman la ciudad de Barcelona tan solo uno mantiene el precio de la vivienda por debajo de las cifras de 2009: Nou Barris. Mientras, áreas como Ciutat Vella, Les Corts o Gràcia sigue registrando máximos históricos, correspondientes al pasado mes de mayo.

Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), casi 6 de cada 10 españoles son de clase media, es decir, con unos ingresos que varían entre el 75% y el 200% de la renta media nacional, eso es alrededor de 23.350 euros, en base a los datos del INE sobre el salario medio en España. En la teoría, todo lo que esté por debajo de ese 75% es considerado clase baja, y por encima del 200% clase alta. Pero, en la práctica, ¿existe realmente una clase intermedia?

Ni agricultura ni ganadería, pero sí uno de los principales colegas comerciales internacionales. En concreto, Singapur es el decimoquinto mayor exportador a nivel mundial y una de las economías de mayor crecimiento en las últimas décadas. La combinación de políticas macroeconómicas con una gran apertura comercial, bajos impuestos y un ecosistema tecnológico en pleno auge, han convertido a este pequeño país de poco más de 6 millones de habitantes en el centro neurálgico de los negocios en Asia.

Durante la V edición de La Gran Jornada inmobiliaria organizada por elEconomista.es y celebrada durante los pasados 3 y 4 de junio, las promotoras advirtieron de la posibilidad futura de hipotecas a 70 años heredadas a hijos si los precios de la vivienda no conseguían regularse. Si bien esa posibilidad se deduce a largo plazo, por ahora la reciente bajada de los tipos de interés por parte del BCE y las expectativas de descenso del euríbor podrían rebajar considerablemente la presión sobre las condiciones de los préstamos hipotecarios.

A tan solo cuatro kilómetros de tierra firme, y a un par más de la artificial Palma Jumeirah, flota uno de los proyectos más ambiciosos de Dubái: 'The Wolrd', un diseño urbanístico que tenía todos los ingredientes para liderar el turismo de la región. Sin embargo, el desarrollo de este archipiélago de unas 300 pequeñas islas con la forma de los continentes mundiales (con nombre de países) lleva años en stand by a pesar de las megainversiones inmobiliarias. A vista de Google maps, todas y cada una de las islas de 'The World' tienen nombre de país y conforman el mapa del mundo con los 5 continentes: Europa, África, América, Asia y Oceanía.

Hacía tiempo que en Estados Unidos no se escuchaba tanto la palabra recesión, pero es la única que podría explicar la situación económica del país en los próximos meses. El caos y la incertidumbre han calado en un contexto dominado por Trump desde hace 4 meses y en el que ha aumentado la presión de las políticas fiscales, por no hablar del miedo arancelario y del vaivén de decisiones continuas que desestabilizan incluso los mercados mundiales.

Para entender el mercado de lujo de hoy en día resulta clave desengranar los aires de ostentación de hace 50 años, cuando la opulencia consistía en gastar los millones en piezas de arte y objetos de cerámica, y en los mejores hoteles se alojaban personalidades de la talla de Ernest Hemingway o Coco Chanel.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo estima que en 2025 el sector generará un impacto en el PIB de España de 260.500 millones de euros, lo que implicaría un 4,7% más que en 2024. Para este año también se prevén cifras de récord en cuanto al número de visitantes, pudiendo alcanzar la cifra de 100 millones. Está claro que España es el destino principal de los viajeros de todo el mundo, tan solo algunas veces en competencia con la vecina Francia.