Por un ajustado 51.4% frente al 48.6% que consiguió la oposición, Argentina ha erigido a Mauricio Macri como nuevo presidente. El programa del ya gobierno electo incluye una bajada de impuestos, cierto ajuste en los servicios públicos, pero, sobre todo, acabar con el aislamiento económico que los Kirchner han labrado durante 12 años en el poder.
Argentina deberá volver a votar en menos de un mes. Las urnas del domingo no dejaron el resultado contundente que exige su constitución con lo que el 22 de noviembre, más de 32 millones de ciudadanos volverán a elegir papeleta presidencial. Y serán dos opciones bien distintas. Mientras que Mauricio Macri (Cambiemos) ha prometido luchar en favor del liberalismo, Daniel Scioli (Frente por la Victoria), representa continuar con el testigo socialista de los Kirchner. "Si fuera por Macri no tendríamos asignación universal por hijo, YPF no sería estatal y tampoco Aerolíneas Argentinas", criticó Scioli en su primera intervención tras las urnas.
El Gobierno ya no se compromete a enviar en lo que le queda de legislatura las cartas informativas de los futuros derechos de jubilación. La tramitación de dicha misiva respondía a la intención del Ejecutivo de concienciar a los españoles de la importancia de prepararse para la etapa de retiro.
La reñida lucha entre el sí y el no al paquete de ajustes y reformas que los acreedores exigen al Gobierno de Atenas para seguir prestándole auxilio financiero al país heleno comienza a escorarse hacia el sí. Algo que deja más solitario al Ejecutivo de Syriza en su desafío a las instituciones. La perspectiva de escasez en los comercios, donde la población empieza a hacer acopio de víveres, la subida de los combustibles, las colas en los cajeros, la imposibilidad de disponer de más allá de 60 euros diarios por cuenta, o de sacar del banco más de 240 euros por pensión, así como la suspensión del pago de nóminas sine die en algunas empresas, comienzan a dibujar un panorama difícilmente sostenible. De hecho, los medios de comunicación helenos endurecen su campaña por el sí mostrando el dramatismo de la situación.
La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes) quiere acabar con la creencia extendida de que España lidera las estadísticas de desigualdad y pobreza. Según consta en la radiografía que presentó ayer, nuestro país -si bien aún tiene una masa importante de personas que no pueden acceder a servicios y alimentos básicos- ocupa un lugar intermedio en este tipo de indicadores.
Podemos volvió a cerrar filas con Syriza. Si hace cinco meses su secretario general Pablo Iglesias salía a celebrar la victoria de Alexis Tsipras en Atenas, ayer la formación dejó claro que sigue defendiendo las políticas del que llegó a bautizar como su partido hermano aunque reconoció que lo hacía sin medir las consecuencias electorales en España. "Nos alineamos con el Gobierno de Grecia", apuntó el secretario de Movimientos Sociales de Podemos, Rafael Mayoral, quien defendió la postura de Tsipras de pedir el "no" en el referéndum del próximo domingo.
Para evitar el colapso financiero de los bancos griegos -y frenar la fuga monetaria mientras los líderes europeos preparan el supuesto ultimátum que podrían lanzar a Atenas el lunes-, el Banco Central Europeo (BCE) aumentó ayer la liquidez de emergencia que concede a la banca helena (ELA).
Sin horizonte certero aún de cuándo se celebrarán las elecciones generales, Podemos e IU comienzan esta semana la campaña y lo hacen de una manera muy similar. Ambas formaciones tratarán de seducir a "la unidad popular" a través de sendas giras por toda España. Eso sí, las caravanas partirán, al menos al inicio, desde puntos cardinales distintos. Lla formación de Alberto Garzón arrancará en Galicia y la de Pablo Iglesias hará lo propio este viernes desde Cádiz.