TECNOLOGÍA
Estamos acostumbrados a encontrar ejemplos de gemelos digitales en la industria. Estos modelos son capaces de simular situaciones reales, de recrear productos o servicios para así poder probar antes en ellos que en la vida real. Esas emulaciones virtuales y tan versátiles permiten monitorizar y optimizar cualquier comportamiento sin demasiados riesgos. A estas alturas, son muy comunes en diferentes sectores, desde la industria manufacturera y automovilística a la salud, la energía o las ciudades inteligentes. Ahora, un proyecto francés con cooperación española trabaja para conseguir un gemelo digital de los océanos.