La explosión del comercio electrónico también está modificando el tráfico mundial de los productos falsificados, un negocio que mueve más de 412.000 millones de euros a escala global según la OCDE y la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO). Frente a la imagen tradicional del 'top manta', la realidad es que las compras online han desplazado a otras alternativas en ese tráfico ilegal.