
Uno de los mayores fabricantes de esmaltes, colores y tintas cerámicas del mundo, el grupo castellonense Torrecid, ha sufrido en sus carnes las barreras al comercio internacional que ha supuesto la pandemia sanitaria. Pese a reducir sus ingresos en su último ejercicio, el grupo de la familia Michavila consiguió doblar sus ganancias, hasta registrar un beneficio neto consolidado de 18,99 millones de euros.
El grupo industrial que suma una treintena de empresas en todo el mundo alcanzó una cifra de negocio de 394,52 millones de euros en 2020, lo que supuso un descenso del 9,6% del año anterior. Un recorte que fue debido "a la contracción de la demanda acontecida a nivel mundial como consecuencia de la Covid-19", según recogen sus cuentas consolidadas del último ejercicio.
Alrededor del 70% de las ventas de Torrecid proceden de fuera de España. Precisamente una de las claves del grupo proveedor de materia prima y colores para los fabricantes cerámicos es su presencia en los principales polos productivos de este material en todo el mundo. Desde que inició su expansión internacional hace tres décadas, la empresa española cuenta ya con factorías propias en países como Italia, República Checa, Alemania, Reino Unido, México, Brasil y China.
La firma con sede en Alcora (Castellón) apunta que ha logrado la mejora de la rentabilidad "gracias a los importantes esfuerzos realizados y medidas aplicadas para combatir los efectos negativos de la Covid-19, se ha conseguido una mejora sustancial en los consumos y una optimización de los gastos de estructura".
Reorganización en Chequia
Entre esas medidas destaca la reorganización de su negocio en la República Checa, con la fusión de sus dos filiales productivas que había adquirido en la última década en ese país. La operación ha supuesto la absorción de Mefrit, compañía que compró en 2018, por parte de Glazura. En esa línea también redujo su personal en todo el mundo un 5,9% el año pasado. Su plantilla se sitúa en 2.115 personas, la mayoría de ella en sus centros productivos de Castellón.
El conglomerado empresarial que preside Federico Michavila también apunta como una de las claves a la gestión de su tesorería en un momento tan crítico. Sus esfuerzos permitieron que aumentas un 34,6% el año pasado, hasta los 88,2 millones de euros al cierre del año.
Pese a focalizar sus esfuerzos en optimizar los recursos ante la incertidumbre internacional, Torrecid también ha mantenido sus inversiones. En el último año han destacado las vinculadas al ámbito energético, por el elevado peso que tiene en las cuentas de resultados de los fabricantes de esmaltes y fritas la actividad de sus hornos. El grupo ha avanzado en la instalación de centrales de energía solar fotovoltaica en buena parte de sus centros en España, hasta suponer ya el 9% de la energía que consume. Una estrategia que se plantea extender a sus plantas en el resto del mundo a partir de la experiencia obtenida hasta ahora.
Además Torrecid forma parte de varios proyectos que buscan nuevas alternativas para la electrificación y el uso del hidrógeno verde promovidos en la Comunidad Valenciana, como la Alianza Valenciana de Baterías que promueve la creación de un gran polo de investigación y producción de sistemas de almacenamiento en la región.
El grupo también destinó casi 4 millones de euros a I+D+i el año pasado. Los proveedores de colores y tintas digitales son también los principales creadores de los diseños y novedades del sector azulejero. Por ello las fuertes inversiones para no quedar fuera de esa carrera son una de las claves que explican la fuerte concentración en la industria proveedora de recubrimientos para la cerámica.
Una situación que ha propiciado una fuerte concentración en compañías españolas que se dedican a este sector, que alcanzó su culmen el año pasado con la compra de la filial cerámica de Ferro por parte de Altadia, resultado a su vez de la unión de Esmalglass, Itaca y Fritta.
Nuevas filiales
El grupo español también ha continuado su expansión comercial internacional pese a los obstáculos del coronavirus con la puesta en marcha de dos nuevas filiales, una en Rusia y otra en Bangladesh. Estas nuevas sociedades se suman a la que instaló en Sudáfrica en 2019, que no había comenzado a operar a este año.
Además de su diversificación geográfica, con su despliegue en estos países Torrecid también busca ampliar sus ventas más allá de su principal cliente tradicional, el azulejo. Sus recubrimientos también son usados por fabricantes de materiales como vidrio, vajillas, tejas, joyería o incluso plástico.