Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Pese a los problemas y al bajón desde el verano, Europa pasa un buen momento en lo que se refiere a la bolsa. El índice paneuropeo, el EuroStoxx 50, se mantiene aún en verde con un alza de más del 7,4% en lo que va de año. Alemania, con todos los problemas de ralentización económica que atraviesa, aún aguanta con un avance del 8,36%. Uno a uno, todos los países de Europa resisten (a excepción de un plano Reino Unido) y los temores se centran más en el futuro a medio plazo. Sin embargo, de esta región ha surgido un fuerte e inesperado candidato para consolidarse como el peor del mundo: Finlandia.

China podría estar volviendo a rugir y, con ello, dando un espaldarazo clave a la OPEP y al petróleo. Los últimos datos de su PMI manufacturero, publicados el pasado fin de semana, sembraron el optimismo entre los analistas. Según los mismos, la segunda economía del mundo volvía en septiembre a territorio de expansión por primera vez desde marzo. La actividad de las fábricas vuelve a ponerse en marcha y confirma las buenas sensaciones de agosto, donde los beneficios de este sector se dispararon un 17,2%.

El desánimo sigue dominando a los inversores europeos. El año pasado los fondos de renta variable del Viejo Continente tuvieron la peor racha de salida de patrimonio de la historia desde que hay registros. Este goteo de salidas se saldó con un total de 112.000 millones de dólares menos para estos fondos, lo que, según la asociación de fondos europea, EFAMA, provocó una caída del 12,4% en los activos netos de estas firmas. Esta caída en la confianza de los inversores en Europa, con los tipos en alza e incertidumbre en los datos macroeconómicos, no terminó en 2022 y el éxodo inversor no ha dejado de producirse.

China ha tomado una decisión que puede cambiar los mercados del mundo. El mundo ha desenterrado la energía nuclear vistos los peligros de depender del gas barato de otros. Los anuncios de nuevas centrales no han dejado de sucederse, actualmente hay 57 nuevos proyectos en marcha, cuando en el mundo hay cerca de 436 plantas en activo. Con un incremento del 13% de la infraestructura nuclear del mundo, los países están protagonizando una de las mayores apuestas por el sector en la historia… pero ninguno ha apostado tan fuerte como China.

Este sábado es la fecha límite para aprobar los presupuestos en EEUU. Si las dos cámaras del Congreso no llegan a tiempo, el país se dirigirá a lo que se conoce como 'cierre del Gobierno': sin presupuestos, la administración estadounidense no puede gastar dinero y tiene que mandar a todos los funcionarios no esenciales a casa. Y las señales apuntan a que la división política lleva a la administración a su enésima partida de póker con la economía del país, con unos efectos que pueden golpear de lleno hasta a la lucha de la Reserva Federal contra la inflación.

Wall Street parece estar resistiendo de forma clara los embates de un entorno restrictivo y una sucesión de subidas de tipos de la Reserva Federal. El principal índice norteamericano lleva una revalorización del 13,69% en lo que va de año, apoyada por una auténtica 'fiebre' de las firmas tecnológicas, subidas a la ola de Inteligencia Artificial. Pero incluso el Dow Jones, selectivo industrial que no incluye a estas compañías, aguanta en verde (2,86%) este 2023 a pesar del complicado entorno con los bancos centrales. Sin embargo, los expertos empiezan a temer que diversas amenazas que han pasado hasta ahora bajo el radar puedan dar la vuelta al rumbo de los mercados.

La sombra de un invierno que termine hundiendo a las economías europeas en una crisis por los problemas con la energía ha crecido como una amenaza real ante la última decisión de Moscú -que entró en vigor este jueves 21 de septiembre- de vetar las exportaciones de diésel. El objetivo es intentar paliar la escasez que existe en el país, con los precios por la nubes, y así lograr estabilizar el mercado interior.

La Fed ha mejorado sus perspectivas económicas para la economía de EEUU. Ha revisado al alza, hasta el 2,1%, el crecimiento del PIB del país en 2023, frente al 1% estimado en junio, a la vez que también ha insuflado unas expectativas más favorables para el paro. Por su parte, ha dejado casi intactas la previsión de inflación para los próximos años. Toda la foto encaja con la intención de añadir una subida adicional este año.

La Reserva Federal ha cumplido el guion que anticipaban los mercados y no ha tocado los tipos. De esta manera, el 'precio del dinero' se ha quedado en el  entorno del 5,25% al 5,5%, pero más allá de la decisión, lo más importante de la cita está en la nueva hoja de ruta. El banco central compromete una subida para lo que queda de año (sólo quedan dos reuniones) y Powell dice que, de cara a 2024, "llegará el momento de recortar los intereses", pero no concreta cuándo.

La cuenta atrás de los recortes de tipos ha comenzado. A pesar de que la presidenta del BCE ha insistido tras la última reunión en negar este escenario, los analistas y el mercado ya piensan en las fechas de las bajadas. El banco central ha emprendido una subida histórica en el 'precio del dinero' para controlar la inflación. Diez alzas consecutivas y, en total, un avance de 450 puntos en solo 14 meses. Sin embargo, este jueves, cuando anunció el último de estos ajustes con un alza de 25 puntos básicos, todos entendieron que se trataba del último, pero los mercados dan un paso más.