Economía

La crisis del Partido Republicano aboca a EEUU a un cierre de Gobierno que puede dejar a oscuras a la Fed

  • Se acabarían los datos económicos en un momento clave en la lucha contra la inflación
  • Según Oxford Economics, el cierre restaría un 0,2% del PIB cada semana
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. Foto: Reuters.

Este sábado es la fecha límite para aprobar los presupuestos en EEUU. Si las dos cámaras del Congreso no llegan a tiempo, el país se dirigirá a lo que se conoce como 'cierre del Gobierno': sin presupuestos, la administración estadounidense no puede gastar dinero y tiene que mandar a todos los funcionarios no esenciales a casa. Y las señales apuntan a que la división política lleva a la administración a su enésima partida de póker con la economía del país, con unos efectos que pueden golpear de lleno hasta a la lucha de la Reserva Federal contra la inflación.

El principal problema esta vez es la ingobernable mayoría republicana en la Cámara de Representantes. Kevin McCarthy tiene un exiguo margen de nueve diputados, por lo que cinco rebeldes entre sus filas bastan para tumbar cualquier proyecto. Y, como se vio en las 15 votaciones que necesitó para ser elegido presidente de la Cámara, la veintena de radicales del llamado 'Caucus de la Libertad' no tienen ningún tipo de reparo a la hora de boicotear a su propio partido.

La semana pasada, estos radicales tumbaron el intento de McCarthy de aprobar las partidas de Defensa, y han advertido de que no votarán a favor de ninguna propuesta que no incluya fuertes recortes al gasto y la eliminación de la ayuda militar a Ucrania, entre otras exigencias. Y su líder, Donald Trump, les ha animado a seguir adelante: "¡Cerrad el Gobierno si no conseguís todo lo que pedís!", ha dicho este pasado domingo en redes sociales.

A eso se suma que los plazos corren a gran velocidad. El Senado empezará a votar este martes un acuerdo bipartidista para prorrogar las cuentas actuales hasta diciembre, pero el texto final no estará listo antes del sábado, la fecha límite. Y ese proyecto presupuestario no llegará a ninguna parte en la Cámara salvo que McCarthy se arriesgue a llevarlo a votación, sabiendo que el Caucus de la Libertad está dispuesto a presentar una moción de censura contra él si hace tal cosa.

La Fed se quedaría a oscuras

El cierre del Gobierno es un escenario que no es precisamente nuevo. Esto ya se ha repetido numerosas veces en las últimas décadas, normalmente cuando hay una división en el control político del Ejecutivo y el Legislativo. El ejemplo más reciente fue en 2018-19, cuando el entonces presidente Trump se negó durante 35 días a aceptar unos presupuestos que no incluyeran fondos para su muro fronterizo, algo que la flamante mayoría demócrata en la Cámara rechazaba.

Por lo tanto, en base a las experiencias vividas por la Casa Blanca, los economistas ya se están lanzando a proyectar estos precedentes para ver qué implicaría en la situación actual. Pero, a diferencia de todas otras ocasiones, esta vez podría tener un impacto muy sensible sobre la Reserva Federal.

La institución monetaria se encuentra en una situación muy delicada. Tras emprender en un año y medio una de las subidas de tipos de interés más altas de la historia, parece cerca de completar el ciclo. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha insistido numerosas veces en que, de ahora en adelante, deben monitorizar los datos para mantener el 'precio del dinero' en el rango justo. De esta manera buscan devolver la inflación al objetivo del 2% (ahora está en el 3,7%) sin provocar mucho daño en la economía norteamericana en el proceso.

Y ahí es donde entra un eventual cierre del Gobierno. En caso de que este escenario se produzca y, particularmente, se mantenga en el tiempo, puede dejar a oscuras a la Reserva Federal. El banco central perdería en este momento crucial de su batalla contra la inflación los principales datos macroeconómicos del país. Así lo han avisado desde Morgan Stanley, cuya analista Ellen Zentner ha explicado que "en la política monetaria una incertidumbre como esa suele conducir a la parálisis. Si a la Fed le dejan de llegar datos eso producirá una incapacidad de tomar decisiones sobre los tipos".

Un ejemplo de esto es la Oficina de Estadísticas Laborales, clave para determinar si la resiliencia del empleo se mantiene, dejará de operar. Según la CNN, la propia portavoz de este departamento envió un comunicado interno en el que explicaba que "en caso de un cierre federal, se suspenderá la recopilación, el procesamiento y la difusión de datos".

Hay otros dos departamentos que también cerrarán sus puertas, dejando en la oscuridad a los altos cargos de la Fed. Por un lado, la Oficina del Censo, encargada de datos como las ventas minoristas o la construcción de viviendas. Sin embargo, el mayor problema de todo este cierre es el 'parón' en la Oficina de Análisis Económico, responsable de los datos de la inflación y del PIB.

Costes en el PIB

Pero el problema no acaba aquí. A pesar de que en el último informe de Oxford Economics, hablando precisamente de este tema, dejan claro que no cambiará el rumbo general de la economía de EEUU, sí que estiman que puede provocar un impacto de 0,2% en el PIB del país por cada semana que esté parado. Según los cálculos de la Oficina de Presupuestos del Congreso, un mes de cierre costó 11.000 millones de dólares en 2018, la última vez que ocurrió.

La analista Nancy Vanden Houten, explica que estas estimaciones vienen solamente del impacto directo de perder la fuerza laboral de buena parte del sector público (unos 800.000 empleados). Sin embargo advierte de que habría que añadir efectos indirectos como un golpe al consumo por parte de estos empleados. Además, la experta explica que un cierre prolongado "elevaría las solicitudes de empleo, además de alterar la labor de organismos económicos como la Reserva Federal".

Por último, destaca la alteración que un cierre puede producir en el mercado hipotecario. Aquellos que soliciten una vivienda respaldada por el Estado tendrían que esperar. Y no solo es ese problema, sino que esta situación puede derivar en numerosos escollos burocráticos para el sector. Para empezar, la propia asociación nacional de agentes inmobiliarios ha advertido de que los procesos de tasaciones pueden detenerse.

El mayor riesgo, sin embargo, es que no hay ningún avance en los presupuestos para el próximo año. Los republicanos apenas aspiran a poder aprobar una o dos de las 12 partidas en las que se dividen los gastos del Gobierno con su mayoría propia, así que cualquier acuerdo a largo plazo requeriría del apoyo demócrata en la Cámara, lo que se consideraría poco menos que una 'rendición' de McCarthy. Y solo hay dos escenarios posibles: que McCarthy ceda y se enfrente acto seguido a una moción de censura, que lleva las de perder, o que cinco diputados republicanos firmen a favor de darle el control del orden del día a los demócratas, salvando a McCarthy pero poniendo en peligro sus propias carreras políticas. Una situación política endiablada sin soluciones fáciles.

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