En política, algo considerado por los analistas típico de Italia es el enamorarse colectivamente de un líder. Lo hemos visto en el pasado inmediato en los últimos cinco años, donde los italianos votaron mayoritariamente dando su confianza a cosas tan distintas como el Movimento 5 Stelle, Matteo Renzi o a la Lega de Salvini. Como si en España en ese espacio de tiempo se hubiera dado mayoría a Vox, a Podemos y al Partido Socialista o al PP… Existe también en Italia la capacidad colectiva de cambiar la idolatría con facilidad y se calcula la duración del idilio en un año y medio aproximadamente. Otro fenómeno que destacaba hace pocas horas el sociólogo italiano Massimiliano Pananari, es que en las elecciones italianas se vive el fenómeno del “seguidismo”, algo que sucede con frecuencia en el ámbito mediterráneo. El voto indeciso acaba decantándose por el partido político que aparece como favorito en las encuestas. Probablemente también sea verdad que en una situación de crisis se tienda a radicalizar el voto. Seguro que encontraríamos más de esas tres explicaciones a la contundente victoria de Giorgia Meloni, la máxima representante de Fratelli d’Italia, el partido más a la derecha de todo el espectro político italiano.

Socio Fundador FormaItalia abogados y economistas