
A raíz de los ataques perpetrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en suelo israelí, la cifra de muertos, heridos y desplazados no ha dejado de aumentar. Y aunque en los primeros días Israel fue el más damnificado, la dura respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ha revertido la balanza.
El Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, ha indicado que hasta ahora se han confirmado 2.837 fallecidos a causa de los ataques aéreos por parte de Israel. las autoridades han registrado denuncias sobre cerca de 1.200 desaparecidos entre los escombros, entre los cuales figuran 500 niños, por lo que se teme que el balance de fallecidos sea aún mayor. Además, la cifra de heridos asciende a 12.000. Los ataques también han provocado el desplazamiento de más de un millón de palestinos (cerca de la mitad de la población), según el diario palestino Filastin, vinculado al grupo.
Por su parte, las autoridades de Israel han cifrado en cerca de 1.400 los muertos, entre ellos más de 290 militares, por los ataques lanzados por Hamás, al tiempo que ha indicado que cerca de 200 personas fueron secuestradas.
Esperando la apertura del corredor
En cuanto a daños materiales gazatíes, el portavoz del ministerio, Ashraf al Qidra, ha denunciado que parte del Hospital Europeo de Gaza y de un hospital de campo emiratí han sufrido daños a causa de los últimos bombardeos de Israel. Del mismo modo, el Turkish Friendship Hospital, el único centro oncológico en el enclave palestino, ha suspendido gran parte de sus servicios a causa de la escasez de combustible y ha alertado de que tendrá que parar todas sus actividades en 48 horas, según su director, Sobhi Skik.
En este contexto, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha indicado en su último balance de situación que "se espera que las reservas de combustible en todos los hospitales de Gaza duren otras 24 horas". "El apagado de los generadores de apoyo pondría en grave riesgo la vida de miles de pacientes", ha alertado.
Asimismo, el organismo ha apuntado que "se necesitan 600.000 litros de combustible al día en Gaza para operar las plantas de agua y desalinización" y ha recalcado que "el agua sigue siendo clave, ya que la gente empezará a morir si no tiene agua". "Hay mucha preocupación por la deshidratación y las enfermedades transmitidas por el agua debido al colapso de los servicios de agua y saneamiento", ha destacado.
La UNRWA ha indicado que, si bien se abrió el lunes una línea de agua durante tres horas en el sur de la Franja de Gaza, esta cantidad sólo sirve para dar servicio a la mitad de la población de Jan Yunis, es decir, a unas 100.000 personas. "Esto no resuelve la urgente necesidad de agua en otras zonas de Jan Yunis, la zona central (de la Franja) y Rafá. Solo el catorce por ciento de la población de la Franja se benefició de estas tres horas de agua", ha zanjado.