Su fortuna es un misterio, solo tiene declarado su sueldo de presidente de Rusia, un par de apartamentos y tres coches, y también lo son sus inversiones. Vladimir Putin mantiene en secreto su poderío económico que incluiría inversiones en el inmobiliario español.
Aplicar las sanciones económicas que la Unión Europea y EEUU principalmente están dirigiendo a empresas y oligarcas rusos no es fácil en el caso de Putin porque exige un rastreo a fondo ante la opacidad de sus inversiones.
Al presidente de Rusia se le atribuyen varias propiedades de lujo en España, según han ido recogiendo varios medios europeos a lo largo de los años. Una de las que ha trascendido sería una mansión en una colina privada en Marbella con campo de golf propio y sala de tiro, aunque algunas informaciones, recoge Efe, indicaron que en realidad era propiedad de Valeri Ponomarev, otro empresario con el que el presidente comparte iniciales.
Este halo de misterio sobre las propiedades de Putin toma relevancia en el contexto actual, con las sanciones en aumento contra empresas y oligarcas rusos que ponen en riesgo sus inversiones en el extranjero.
El castigo por la invasión rusa a Ucrania tiene una repercusión indirecta en varios sectores, uno de ellos el inmobiliario, y el español no se libra aunque su impacto será mucho más limitado con la exposición actual del inversor ruso (0,23% en 2021) de lo que lo hubiera sido en 2012, cuando casi alcanzaba el 10%.
Lujo y exclusividad
El director de Estudios de pisos.com, Ferran Font, recuerda que el comprador de ese país mayoritariamente está presente en los mercados turísticos, tanto de la costa como de las grandes capitales.
Por comunidades autónomas, donde más relevancia tuvieron en 2020 los rusos con respecto al conjunto de los compradores extranjeros fueron en la Comunidad Valenciana, seguida de lejos por Cataluña, Asturias y Cantabria, según datos del Colegio de Registradores citados por Efe.
Según Living, agencia inmobiliaria centrada en el lujo, los lugares preferidos por los rusos para primeras viviendas son zonas premium de las grandes ciudades, donde suelen adquirir casas y áticos de altas prestaciones. En datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España hay 82.000 ciudadanos rusos residentes.
Para segundas residencias, buscan fincas exclusivas con vistas al mar. Aquí ganan la Costa Brava o la Costa del Sol, y en Baleares.
