
Compartir piso por obligación. La incesante escalada del precio de los alquileres, la escasa oferta y la pérdida de poder adquisitivo de los españoles están empujando a muchas personas en edad adulta a tener que alquilar una habitación en un piso compartido. Esta solución habitacional ya no es cosa de jóvenes estudiantes recién emancipados. Ni mucho menos. El perfil medio del demandante roza los 35 años, la mayoría son mujeres y tienen un nivel socioeconómico alto y medio-alto, según datos de Fotocasa.
"Está aumentando la edad de quienes comparten vivienda, al revés de lo que tendría que producirse en una sociedad con niveles sanos de accesibilidad a la vivienda. En 2022 la edad media era de 32 años", explica María Matos, directora de Estudios y portavoz del portal inmobiliario. "El 60% son mujeres, una coyuntura que podría influir y acrecentar la problemática de la baja natalidad en nuestro país", añade la experta.
Con respecto a su lugar de residencia, la Comunidad de Madrid aglutina a una cuarta parte de los demandantes de habitaciones. Seguidamente, Andalucía (21%) y la Comunidad Valenciana (11%) son las regiones con mayor concentración de este tipo de inquilinos. El informe Perfil de las personas que comparten vivienda, realizado Fotocasa Research explica que el 35% de los usuarios también ha buscado o alquilado una casa completa para vivir en ella y que la mayoría conviven con una, dos o tres personas.
En cuanto a su situación de convivencia, el porcentaje de particulares que vive con sus padres se sitúa en el 26%, frente al 35% del año anterior. Además, hay un 26% que convive con otras personas que no son familiares.
Motivos económicos
Alquilar una habitación supone un desembolso menor que vivir solo y también permite ahorrar si el objetivo es comprar una casa en el futuro. Precisamente, estas son las dos principales razones que esgrimen los demandantes de pisos compartidos para decantarse por esa fórmula habitacional. En concreto, el 44% admite que no tienen la posibilidad de pagar un alquiler solos y el 20% lo considera una forma de poder ahorrar para comprarse otra casa.
Además, un 23% de los encuestados se decanta por esta modalidad porque se adapta a lo que necesita, un 15% afirma que no ha podido encontrar nada mejor y otro 15% lo elige porque le resulta más cómodo.
Precios al alza
Compartir una vivienda en España es cada vez más caro. Cuesta 445 euros al mes de media, es decir, las rentas compartidas han subido un 50% en los últimos 5 años y un 73% desde hace 8 años, según datos del portal inmobiliario.
Por comunidades autónomas, las habitaciones se han encarecido con especial fuerza en el último año en Canarias (28,6%), País Vasco (12,2%) y Cataluña (9,6%). También destacan los incrementos de la Comunidad Valenciana (8,1%), Madrid (5,8%) o Andalucía (3,4%). Por contra, los precios solo bajaron en cuatro territorios: Asturias (-3,2%), Región de Murcia (-3,3%), Galicia (-4,7%) y Castilla y León (-4,7%).
En cuanto a los precios, vivir en un piso compartido supera los 400 euros al mes en seis comunidades. Se trata de Cataluña (565 euros), Madrid (502 euros), Navarra (476 euros), Baleares (474 euros), País Vasco (464 euros) y Canarias (423 euros). Por contra, los inquilinos tienen que hacer menor esfuerzo económico en Castilla y León (267 euros), Castilla-La Mancha (249 euros) y Extremadura (226 euros).