
Más de la mitad de las casas de nuestro país fueron construidas antes de los años 80. Esto, además de envejecido, constata que el parque de viviendas está obsoleto en materia de eficiencia energética. Más del 80% de los edificios y viviendas en España reciben una calificación energética E, F o G, lo que es sinónimo de ineficiencia. Estos aspectos provocan que el 40% del consumo energético se deba a los edificios, según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) recogidos en el Informe País de Green Building Council España (GBCe).
Este contexto, unido a la subida de los precios de la energía, hace que las viviendas sostenibles cobren relevancia entre propietarios e inquilinos. Las casas eficientes suponen un ahorro de consumo energético, que se refleja en la factura y, además, muestran un mayor respecto por el medio ambiente.
El ahorro de consumo de una vivienda sostenible frente a otra que no lo es "se sitúa en torno al 90%. Una vivienda no sostenible es antigua, anterior al Código Técnico de la Edificación de 1979 y construida sin criterios de sostenibilidad. El simple hecho de cumplir con esta norma, aplicando adecuadamente los criterios de sostenibilidad, ya supone ese ahorro de hasta el 90%", señala Dolores Huerta, directora general de GBCe.
Con la subida del gas o la electricidad, la factura energética se ha convertido en una prioridad para las familias. Así, la renovación integral de una vivienda supone un ahorro medio en la factura energética de las familias del 60%, según la estimación de GBCe. Y es que, con una inversión de entre 20.000 y 50.000 euros, "amortizable en 15 años y con ayudas que pueden llegar hasta los 18.800 euros, logras que una vivienda ineficiente energéticamente se transforme en otra muy poco consumidora o, incluso, que genere energía positiva", afirma Emilio Miguel Mitre, experto de GBCe. Así, el uso de energías renovables, como la fotovoltaica o la geotermia, es un factor clave para no depender de la fluctuación de los precios.
En el caso de la rehabilitación de viviendas, las medidas que reducen la demanda energética del edificio son las que más ahorro generan. En este sentido, la experta destaca intervenir y mejorar en primer lugar la envolvente (cubiertas, paredes, ventanas), y después sustituir las instalaciones por otras más eficientes y de origen renovable.
Pagar más
La concienciación sobre la importancia de las viviendas sostenibles es mayor entre los ciudadanos. Según Huerta, la pandemia "nos ha obligado a reconocernos dentro de nuestra vivienda y en la que hemos echado de menos el contacto con el espacio exterior, con la luz natural, con un confort térmico suficiente, flexibilidad del uso, etc..., que son características propias de una edificación sostenible".
A ello se suma la crisis energética, "que nos ha demostrado que somos vulnerables en cuanto al uso de la energía", añade. Este tipo de circunstancias, resalta Huerta, "nos llevan a ver la importancia de nuestra vivienda como refugio", en invierno o en verano.
El 57% de los compradores estaría dispuesto a pagar más por una casa eficiente
El 57% de los compradores estaría dispuesto a pagar más por una casa sostenible, según recoge el Observatorio Aedas Homes Junio 2022. En concreto, estarían dispuestos a desembolsar un 13,1% más por una vivienda eficiente y respetuosa con el medio ambiente. En euros, la cifra supone que los futuros compradores llegarían a pagar 23.900 euros más por una casa sostenible, según el valor medio de las transacciones inmobiliarias de vivienda libre del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Por otro lado, los aspectos más valorados por los futuros propietarios, tal y como refleja el estudio, es que la vivienda tenga luz natural, aislamiento acústico y electrodomésticos eficientes.