Aena resolverá el próximo martes el mayor concurso público abierto en este momento en España: los servicios de asistencia en tierra (handling), en la categoría de rampa, para las compañías áreas en 43 aeropuertos. La licitación, por la que se van a renovar por un periodo de siete años 41 licencias, tiene un valor de más de 5.000 millones de euros y ha atraído a 17 empresas especializadas tanto nacionales como internacionales.
De acuerdo con fuentes del sector al tanto del proceso, entre los grupos extranjeros, participados en algunos casos por fondos asiáticos y árabes, se han presentado ofertas con bajas (descuentos) que alcanzan entre el 40% y el 50% con respecto al presupuesto base de licitación, lo que les confiere una ventaja casi definitiva para hacerse con los contratos. Según advierten las mismas fuentes, estos precios de derribo amenazan la viabilidad futura del servicio y la conservación de empleos y de las condiciones laborales.
El pliego de contratación recoge que la propuesta técnica tiene un peso del 65%, mientras que el de la oferta económica es del 35%. Este último porcentaje, aunque es sustancialmente inferior, apunta a erigirse en decisivo a la hora de definir las adjudicaciones.

Al margen de los criterios técnicos y económicos, Aena ha introducido entre las principales novedades de este concurso respecto al de su anterior edición (2014) requisitos de sostenibilidad que discurren por una máxima antigüedad de medios (10 años para jardineras, por ejemplo), un porcentaje mínimo de vehículos sostenibles y un compromiso a futuro para llevar a cabo un incremento gradual. También será obligatorio para los licitadores la figura del coordinador de incidencias. Las exigencias guardan relación con los objetivos del Plan de Acción Climática de Aena, en la que tiene previsto que la flota de handling sostenible para 2023 sea del 23%, que en 2025 sea del 40% y en 2030 llegue al 78%.
Aena asegura que en el proceso "se han aplicado criterios de selección 100% objetivos, transparentes y no discriminatorios", de manera que "el resultado de la asignación garantizará la operatividad, seguridad, sostenibilidad y competitividad de los servicios de handling en los aeropuertos españoles". Una aseveración que en el sector ponen en duda si resultan ganadores aquellos grupos que hayan presentado las mayores bajas. Las fuentes consultadas recuerdan que, según datos de la patronal, el margen de las empresas de handling se sitúa en apenas el 1,2% en términos de beneficio neto.
Los costes de mano de obra en los servicios de handling representan entre el 55% y el 65% de los totales, por lo que con las bajas reseñadas, en el sector alertan de que el empleo se verá afectado –el convenio vigente establece subidas salariales, además, del 3% en 2024 y 2025–. Y, esto, provocará, a su juicio, que los servicios se deterioren, con la consecuente afección a la calidad de las prestaciones de los aeropuertos españoles, principal entrada de turistas internacionales al país –y con perspectivas crecientes–.
El aspecto laboral es clave en los servicios de asistencia en tierra. El sector genera en España un volumen de empleo de 22.000 trabajadores, según la Asociación de Empresas de Servicios de Asistencia en Tierra en Aeropuertos (ASEATA).
La magnitud de estas cifras pone en alerta un posible cambio en el statu quo actual, donde Iberia y Groundforce (Globalia) mantienen la mayoría de licencias en los aeropuertos españoles como Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca.
En este sentido, ambas compañías han estado inmersas en los últimos meses en negociaciones con sus equipos de tierra para poder adecuar el nivel de costes salariales y fijarlos con seguridad en sus respectivas ofertas a Aena. Así, la compañía dependiente del grupo turístico de la familia Hidalgo suscribió en marzo el V Convenio Colectivo de tierra para sus 5.000 trabajadores, mientras que Iberia hizo lo propio antes, en noviembre de 2022, para los 10.894 empleados de dicha división.
Aluvión de ofertas
Además de las aerolíneas nacionales, una extensa lista de empresas extranjeras (más del 80%) aspiran a entrar en el mercado español, conscientes de su atractivo por la recuperación vivida tras la Covid-19. Es el caso de WFS y Swissport, que han presentado sus credenciales por 18 lotes.
La primera es propiedad de la singapurense SATS (Singapore Airport Terminal Services) y la segunda es de titularidad suiza, aunque cuenta en su capital con fondos de inversión de la talla de SVP Global, Apollo, TowerBrook y Ares Management.
También han pujado con fuerza la belga Aviapartner y Menzies, propiedad de la firma kuwaití Agility, ambas con propuestas para 17 lotes. Les siguen Globalia (con 16), la francesa Alyzia (14), Acciona (14), la griega Goldair en alianza con la suiza AAS (7), la francesa Groupe Europe Handling (7), la danesa Aviator (6), la gala Onet Iberia (5) y la peruana Saasa (5).
En suma, un total de 17 empresas concurren a esta licitación de manera individual, a través de UTE (uniones temporales de empleo) o combinando ambas opciones. Es el caso, por ejemplo, de Iberia, que se ha apoyado en Clece (ACS), en unos casos, y en Lirecan, en otros.
Antes de decidir el próximo martes cómo queda el mapa del handling en los aeropuertos españoles, la cotizada española avaló en enero la solvencia de los candidatos, para más tarde llevar a cabo la apertura de la aceptación de bases y el compromiso de inicio de actividad, por un lado, y la evaluación de la documentación técnica, por otro.
La previsión inicial era que este proceso, uno de los mayores concursos del grupo, tras la renovación de las tiendas libres de impuestos (resuelto) y el concurso de seguridad (en ciernes), concluyese en la primavera de este año, pero ha terminado dilatándose.
A este respecto, fuentes del sector explican el calendario escogido por Aena. El gestor aeroportuario dará 30 días para firmar el contrato una vez anuncie los vencedores y, posteriormente, se habilitará un proceso de transición de hasta cinco meses para que se produzca –en caso de ser necesario– el cambio de gestor de handling en cada aeropuerto.
Estos plazos llevan a las compañías que se han presentado al concurso a fijar su entrada en los aeropuertos españoles antes del mes de marzo, en la antesala de que comience el verano IATA (marzo-octubre), es decir, el periodo de mayor número de operaciones y tráfico aéreo.