
Tras un largo proceso que terminó cayendo por el contexto macroeconómico, Aena vuelve a sentar las bases para relanzar su plan inmobiliario en el aeropuerto de Madrid-Barajas, destino del primer plan de estas características que más tarde espera replicarse en otros puntos de la red aeroportuaria. La compañía pública ha recibido la propuesta de Deloitte para ser el asesor del proyecto y encargarse de perfilar las nuevas condiciones tras llevar a cabo labores técnicas, financieras e inmobiliarias necesarias.
Una vez formalizado el contrato, Deloitte tendrá hasta tres meses -la oferta circunscribe el periodo de trabajo a dos meses con posibilidad de extenderse otra mensualidad- para asesorar a la compañía presidida por Maurici Lucena, por lo que seguramente no será hasta los primeros compases de 2024 cuando se conozcan los detalles de Área Mad 1, como así se ha bautizado al proyecto logístico.
En su último intento por maximizar el valor de los activos, Aena tenía como objetivo desarrollar 152.914 metros cuadrados de terreno y constituir una sociedad conjunta con un capital social mínimo de 60.000 euros, para más tarde acordar el reparto de los miembros del consejo de administración con su socio. Con el aeropuerto de Schiphol (Ámsterdam) como ejemplo en el que basar este plan, Aena tenía en mente replicar su idea en Málaga-Costa del Sol, Palma de Mallorca, Valencia y Sevilla.
La superficie logística del Área 1 de Madrid asciende a 28 hectáreas y comprende los suelos más prime de la primera corona de Madrid, según Aena. Su desarrollo multiplicará las zonas del aeropuerto dedicadas a la logística y atraerá actividad de valor añadido, que generará empleo en su entorno. Integrará activos en primera línea logística como naves de almacenaje así como empresas proveedoras de suministros o servicios a la aviación.
Deloitte, por su parte, volverá a ser casi con toda seguridad la oferta adjudicataria. La firma ya fue seleccionada en los anteriores procesos de 2018 -ese año se impuso a otros candidatos como Alantra y también entraron en el pool de asesores Valtecnic y Garrigues- y 2020, cuando el plan inmobiliario contemplaba actuaciones en el El Prat, además de Barajas.
Misión, encontrar un socio
Las nuevas condiciones que saquen al mercado Aena y Deloitte marcarán el devenir del proyecto. El pasado junio, Aena decidió dar carpetazo y pausar sus planes inmobiliarios al ver cómo todos sus potenciales socios se echaban atrás. El último en hacerlo fue Merlin, el quinto de los candidatos clasificados. Antes y por este orden renunciaron la firma australiana Goodman, P3 Logistics, Logicor (CIC y Blackstone) y Segro (participado por el fondo canadiense PSP).
El denominador común de estas renuncias fue el entorno macroeconómico adverso, concretamente por la subida de tipos, lo que dificultaba este plan y sus necesidades de apalancamiento (el socio elegido debía aportar 107 millones de euros a la sociedad conjunta y no podía vender su participación hasta los 20 años siguientes a la puesta en marcha de la explotación). De hecho, durante el concurso renunciaron otros potenciales interesados como Panattoni, VGP y Prologis, reduciendo así la lista de primeros interesados.
Al proceso también se presentaron Bankinter, a través de su socimi Montepino, y Newdock, controlado por Goldman Sachs. Ambas opciones fueron descartadas por "no cumplir con determinados requisitos de idoneidad, capacidad y solvencia exigidos en el pliego rector de la fase de calificación", según explicó Aena a los interesados.